JOSÉ MARÍA CARRASCAL – ABC – 09/07/17
· Los socialistas están jugando a echar al PP del Gobierno y ponerse ellos.
El mentiroso es aquel, o aquella, que te suelta con toda la cara algo que no es verdad. El hipócrita, quien dice una verdad, para apuntar a continuación con un condicionante que la anula. Ejemplo del primero son quienes aseguran que el referéndum catalán es legal. Del segundo, quienes, negando su legalidad, sostienen que debe sustituirse por «diálogo» con los independentistas. Cuando estos han dicho por activa, pasiva e incluso perifrástica que no aceptan nada menos que la independencia. Es más: viene dialogándose con ellos desde hace años, haciéndoles ofertas, concesiones, carantoñas, y ellos en sus trece, aumentando incluso su puja.
A estas alturas, con una independencia exprés, en 48 horas, violando todas las normas habidas y por haber, desafiando la legalidad nacional e internacional y su propio estatuto, poniéndose al mundo por montera. Lo que no impide a un buen número de españoles seguir con la vieja matraca: «Lo que tiene que hacer el Gobierno es buscar vías de diálogo con ellos, encontrar el encaje de Cataluña en España y negociar con ellos». Pero cuando se les pregunta: «¿Negociar qué?», salen por los cerros de Úbeda, como el federalismo, sin concretar cuál ni admitir que España ya es de hecho un Estado federal. O reconocer a Cataluña como «nación», sin ser capaces de definir ese concepto. Aparte de que Aznar ya decapitó el PP catalán en la persona de Vidal Quadras y Montoro les está pagando sus deudas. Como si nada. Ellos a lo suyo: el Estado.
No sé qué juicio les merecen a ustedes los mentirosos y los hipócritas. Yo, desde luego, prefiero a los primeros. Al menos vienen de frente y sabe uno a qué atenerse. El hipócrita, en cambio, llega con una sonrisa en los labios, cuchillo en mano a la espalda. «Sepulcros blanqueados», les llamó Jesús. Siempre amable, aunque certera, La Rochefoucaul definió la hipocresía como «el homenaje que el vicio rinde a la virtud».
Mientras un catalán insigne, Tamayo y Baus, no se anduvo con tapujos: «Hipocresía y culpa son hermanos gemelos». Acabamos de tener el mejor ejemplo con la actitud del PSOE de Pedro Sánchez (pues hay que empezar a hacer distingos entre ellos) ante el desafío soberanista catalán. Mientras el secretario general anunciaba su oposición al referéndum, su portavoz parlamentaria, Margarita Robles, rechazaba terminantemente usar el artículo 155 de la Constitución, que parece hecho para el caso de cuando «una comunidad autónoma no cumpliere las obligaciones que la Constitución impone o atente gravemente contra el interés general de España». ¿Es que niegan la validez de tal artículo? ¿O creen que está de adorno? ¿Cómo van a parar el golpe? ¿A qué están jugando?
Bueno, eso no es tan difícil de saber: están jugando a echar al PP del Gobierno y ponerse ellos, aliados con Podemos, con los independentistas y con el mismísimo diablo si es preciso. Ese es su primer, segundo y tercer objetivo. España es el cuarto o algo así. Afinen el oído.
JOSÉ MARÍA CARRASCAL – ABC – 09/07/17