RAMÓN PÉREZ-MAURA, ABC 17/08/13
· La alcaldesa se sintió gravemente ofendida por la exhibición de la enseña de todos los españoles.
Hace ahora un año publiqué en estas páginas un artículo («La provocación», ABC, 15-08-12) en el que explicaba cómo los abertzales de la localidad navarra de Leiza impedían –un año más– ondear la bandera de España y la de Navarra en el domicilio de la familia Baleztena. Al lado, el ayuntamiento exhibe la bandera de la comunidad autónoma vecina en un evidente afán expansionista que en España es atendido con un izar de hombros y un murmullo del tipo «cosas de por allí». Supliqué entonces al ministro Jorge Fernández Díaz que «al menos cada 11 de agosto, garantice que la bandera constitucional puede ondear en la casa de una familia que lleva muchos años jugándose la vida por poder hacerlo».
Un año después me veo en la gustosa obligación de reconocer al señor ministro que ha cumplido la palabra que comprometió por carta. Me explicó entonces que no conocía por adelantado los detalles del caso y me aseguró que este año miembros de las Fuerzas de Seguridad del Estado garantizarían la seguridad de la casa de los Baleztena. Así ha sido y, al menos, mientras en el Ayuntamiento leizarra se violaba la ley con la sola exhibición de la bandera de la comunidad autónoma vecina, en la casa de los Baleztena ondeaban los colores de todos los españoles y de todos los navarros. Ni tan mal.
No querría yo convertirme en la pesadilla estival del ministro del Interior denunciando uno por uno los casos de violación flagrante de la legislación de banderas. Y a veces de algo más. Porque este año hemos tenido un caso peor en Vera de Bidasoa, municipio vecino de Leiza en la Navarra euskadizada. La celebración el pasado día 2 de su patrón, San Esteban, tuvo el lógico, casi obligado reconocimiento en el cuartel de la Guardia Civil. Y frente a la bandera de la comunidad autónoma vecina, que ondeaba en el balcón del Ayuntamiento, la Benemérita izó la enseña nacional. La localidad cuenta con una corporación que suma 4 concejales de Bildu, otros 4 de Aralar, 2 del PNV y 1 de Unión del Pueblo Navarro. O sea, 10-1. Y la alcaldesa es Marisol Taberna Irazoki, de Aralar. Parece ser que la alcaldesa se sintió gravemente ofendida por la exhibición de la enseña de todos los españoles, beratarras incluidos, y así lo comunicó. Y aunque no puedo saber a quién hizo llegar su sentimiento de ofensa, sí sé que el cuartel de la Guardia Civil, en plenas fiestas, arrió la enseña nacional.
Yo estoy absolutamente seguro de que el ministro del Interior, que tan diligentemente ha ayudado a una más plural celebración de San Tiburcio en Leiza, podrá garantizarnos a todos que la delegada del Gobierno en Navarra, doña Carmen Alba, nada ha tenido que ver con el arriado de la enseña nacional en Vera de Bidasoa. Que el responsable del cuartel de la Guardia Civil la izó y arrió con igual libertad y cumplimiento del reglamento y sin atenerse a órdenes de una superioridad que prefiere que las fiestas sólo las celebren quienes, cuando son contrariados, les hacen trabajar.
RAMÓN PÉREZ-MAURA, ABC 17/08/13