Micromítines

JON JUARISTI, ABC – 15/03/15

Jon Juaristi
Jon Juaristi

· UPyD ha estrenado una fórmula ingeniosa, pero no conviene abusar del ingenio.

Como decía la pasada semana, no me muero de ganas de votar a ningún candidato al gobierno de mi comunidad, la de Madrid, lo que no impide que me haya parecido ingenioso y original el video electoral de UPyD en el metro, a cargo de su cabeza de lista, Ramón Marcos Allo, y de su diputado en el Congreso, Toni Cantó. Sobre todo, la introducción de Cantó es digna de comentarse. No sé si ustedes la han visto. Cantó es un actor sin demasiadas dotes para la comedia, pero sabe explotar muy bien las pocas que posee. Hace tres años grabó una parodia en clave catalanista de La

Vida de Brian –la famosa astracanada bíblica de Monty Python– que, sin provocar la carcajada, resultaba, no obstante, eficaz como denuncia política (algo difícil de conseguir cuando se riza el rizo y se parodia una parodia), y además no incurría en melonadas catetas, como la muy reciente de los candidatos andaluces del PP atacando a Ciudadanos y a su dirigente nacional en el peor estilo Blas Infante.

En el video mencionado, Toni Cantó y Ramón Marcos irrumpen en un vagón de metro como pareja mixta de mendigo y saltimbanqui. El primero se dirige así a los pasajeros: «Señores, es triste pedir, pero más triste es dejar que nos sigan robando como nos están robando en la Comunidad de Madrid, así que, si tienen medio minuto, les ruego que escuchen al candidato de UPyD Ramón Marcos». A continuación, mientras Cantó reparte panfletos, Marcos toma la palabra para asegurar que viaja habitualmente en metro y que eso le permite «escuchar a la gente que tiene los problemas habituales de los que viajan en metro todos los días».

La parodia del pedigüeño es buena. Los dos motivos introductorios, la vergüenza de pedir y el presentarse como víctima de los poderosos que roban, forman parte de la retórica usual de la mendicidad ferroviaria. Sin embargo, como usuario habitual del metro, el propio Ramón Marcos habrá comprobado que se trata más generosamente a los mendigos autocríticos que a los reivindicativos. Es lógico. La compasión se ejerce más a gusto si va acompañada de cierto sentimiento de superioridad. Se responde con más largueza al crápula doliente que al pringado que te trata de igual a igual, en plan camarada.

Cantó y Marcos deberían tenerlo en cuenta en aras de la verosimilitud de sus performances. A este respecto, lo que no se sostiene es la pretensión de que viajar habitualmente en metro te permite escuchar los problemas habituales de la gente que viaja habitualmente en metro. Los que viajamos habitualmente en metro sólo escuchamos los problemas de los mendigos que te cuentan, quieras o no quieras, su pena de Murcia o de Bélgica, pero nos callamos nuestros problemas habituales, que nunca serán los mismos que los de los ocasionales vecinos de vagón. El discurso de Marcos en el video es populista a más no Podemos. Parece que ha hecho suya aquella sandez peronista de la conversión de las diferencias en equivalencias para montar la hegemonía (Laclau).

Creo que UPyD no debería abusar de la fórmula mendicante. La tentación es fuerte, porque el micromitin sale barato. Pero, si el impacto inicial ha sido favorable, acabará aburriendo una vez se agote el efecto sorpresa. Y mucho me temo que se agotará pronto. Al repetir el numerito del metro de Madrid en otros ámbitos (por ejemplo, en el tranvía de Sevilla, en compañía del candidato andaluz Martín Herrán) Cantó se está arriesgando a despertar en los usuarios del transporte público la misma sensación de fastidio que producen los jeremías profesionales. Ahora bien, si los candidatos de UPyD que acompañan al actor empezaran a presentarse como chorizos arrepentidos aunque no lo sean, quién sabe. A lo mejor arrasarían.

JON JUARISTI, ABC – 15/03/15