EL CORREO 13/12/12
Defiende que la izquierda abertzale acuda con normalidad al Parlamento porque hay que «utilizar todos los foros» para lograr la soberanía
Ni una alusión a ETA. Laura Mintegi se fue ayer del Parlamento vasco evitando citar las siglas de la banda terrorista. Más de dos horas de intervención en el estrado –entre el discurso de la mañana y la réplica de la tarde– no consiguieron que la portavoz de EH Bildu mencionara las siglas de Euskadi Ta Askatasuna.
Laura Mintegi recibe el aplauso de sus compañeros de grupo tras su intervención de la mañana.
Una tarea que no le fue sencilla porque el resto de grupos le recordó, de diferentes maneras, los vínculos y el silencio que la antigua Batasuna ha mantenido respecto de la banda terrorista y la necesidad de que la actual izquierda abertzale haga autocrítica de su pasado. PSE y PNV exigieron a Mintegi que reconozca el daño causado y asuma su falta de ética durante décadas por respaldar los asesinatos. «Aquí unos han estado mirando, otros aplaudían y otros eran los que morían. ¿Dónde han estado ustedes?», le espetó Patxi López, mientras el jeltzale Joseba Egibar le instaba a no escurrir el bulto ante los crímenes de ETA. PP y UPyD también siguieron esa línea, reclamándole la condena de los atentados porque sólo así, advirtieron, se podrá ver a los representantes independentistas como auténticos «demócratas».
Mintegi les respondió que la «condena no da soluciones» al actual escenario político, abogó por «acabar con las trincheras» y recordó que el «carné de demócrata» lo conceden «las urnas», antes de aludir a los 21 parlamentarios de que dispone su grupo, líder de la oposición. «Si alguien no está en el pasado es EH Bildu. Los resultados electorales han sido por la revisión del pasado y la autocrítica», subrayó. Pero la palabra ETA no apareció en su repertorio.
La portavoz de EH Bildu ofreció en la sesión de ayer una doble imagen. Por la mañana desplegó un perfil más comedido y con un claro tono de profesora universitaria cuando defendió su candidatura a lehendakari, a sabiendas de que no tenía opciones. De hecho, sonó más a una enumeración de su ideario de oposición que a un programa de gobierno, y repitió todos los planteamientos que ya utilizó durante la campaña electoral.
Mejor al contragolpe
Se le vio más suelta por la tarde, cuando tuvo que responder tanto a Urkullu como al resto de formaciones políticas. En un símil futbolístico, jugó mejor al contragolpe. Incluso llegó a excusarse por levantar la voz en su contestación a los grupos a última hora de la sesión. «No estoy enfadada. Es que soy vehemente», argumentó.
Mintegi construyó su discurso de ayer, que no pasó a sus colaboradores hasta primera hora de la mañana, en torno a la necesidad de que Euskadi logre la «independencia». De hecho, fijó como objetivo «prioritario» conseguir «una Euskal Herria independiente y socialista». Una soberanía que, advirtió, además de solventar la cuestión identitaria –«somos y nos sentimos vascos y queremos que se nos pregunte sobre esa cuestión»–, permitiría, a su juicio, arreglar buena parte de los problemas que está generando la crisis económica.
En este sentido, la portavoz de la coalición independentista abogó porque en la legislatura que ahora comienza se sienten las bases de cómo llevar a la práctica el «derecho a decidir». Puso como ejemplo los casos de «Quebec, Escocia, Montenegro o Flandes» para reclamar la celebración de una consulta que «sea respetada, sin vetos ni límites». Y afeó al PNV que haya abandonado la vía abierta por el ‘plan Ibarretxe’ –político que, dijo, respeta «profundamente»– y haya «olvidado» un texto respaldado por el Parlamento vasco –recordó los 3 votos que dio EHAK para su aprobación– y al que el Congreso de los Diputados dio un sonoro y «vergonzoso» portazo.
La candidata saluda a Urkullu a la conclusión del Pleno.
«El objetivo –advirtió Mintegi– no es hacer un texto que, en caso de ser rechazado, se guarde en un cajón durante siete años bajo siete llaves». La candidata, que reiteró la necesidad de llegar a acuerdos entre todas las formaciones parlamentarias, reconoció que, en todo caso, «el derecho a decidir hay que consensuarlo aquí –en la Cámara de Vitoria–, antes de ir a Madrid o a París».
Esa voluntad de dar forma al camino hacia la autodeterminación es el que ha llevado a la izquierda abertzale a que, en su regreso al Parlamento vasco tras el periodo de ilegalización, haya asumido con total normalidad el funcionamiento de la Cámara de Vitoria. Después de décadas en las que la antigua Batasuna consideró el Legislativo como una institución «impuesta», ayer Mintegi justificó su presencia por la necesidad de «utilizar todas las herramientas y foros» para lograr la soberanía. Incluso acabó su discurso pidiendo la «renegociación» del Cupo y que se completen las transferencias pendientes como «transición» hacia la independencia
La portavoz de EH Bildu también trazó el que, en su opinión, debe ser el recorrido para conseguir una «paz definitiva». Pidió al resto de grupos «ser capaces de acordar unos mínimos comunes de convivencia», asumiendo que «no hay un solo relato» y que la historia debe construirse «uniendo los relatos de las personas que han sufrido, todas ellas». Defendió como «suelo» de ese futuro en común la declaración de Aiete y los Principios Mitchell. Una hoja de ruta en la que es imprescindible, señaló, «la vuelta de los exiliados» a Euskadi y el «final de la tortura»; y en la que hay que «tener en cuenta» a las víctimas del terrorismo, pero «también» a los presos de ETA.
Insistió, en este sentido, en activar una «comisión de la verdad» para que se escuchen «todas las vulneraciones de derechos» y reiteró la exigencia de que «acabe la violencia jurídica e institucional». Por la tarde insistió en esta última idea al pedir que se «desarticule el comando judicial» que, en su opinión, «está actuando con total impunidad» contra la izquierda abertzale.