Editorial, LA VANGUARDIA, 22/12/11
El marianismo coge el poder. Ese podría ser un buen titular del Gobierno anunciado anoche por Rajoy, una hora después de despachar con el Rey y habiendo logrado un hito en la democracia española: sólo él, sus ministros y muy pocas personas más sabían quiénes iban a jurar el cargo hoy en la Zarzuela y sentarse mañana en el Consejo de Ministros. Tres son las características del nuevo Ejecutivo. En primer lugar, prima la moderación como eje de la carrera política de muchos de ellos. El presidente quiere que sus ministros tengan capacidad de diálogo con los partidos y su perfil responde globalmente a esta voluntad. Segundo, es un Gobierno de leales. No en un sentido peyorativo, al contrario. Están aquellos que no le han fallado en los momentos difíciles. Para que se entienda, si Rajoy hubiera llegado al Gobierno en el 2004, la primera vez que se presentó, es probable que muchos de los escogidos ayer hubieran quedado fuera. Tercero, buen currículum, conocimiento de la Administración y eficacia probada. En muy poco tiempo, la gran mayoría se hará con las necesidades de su departamento. No hay, por tanto, improvisación ni frivolidades. Soraya Sáenz de Santamaría se ha ganado sobradamente el puesto de vicepresidenta. En Economía están los que han de estar, Guindos y Montoro. Ruiz-Gallardón ha acabado en Justicia, donde se preveía. Ana Pastor tiene un ministerio importante como Fomento y Ana Mato iba a ser ministra y lo ha sido. No hay un Gobierno territorializado, aunque, obviamente, hay ministros de diferentes comunidades. Y también está Jorge Fernández, quien llegó a sonar como presidente del Congreso y había sido reservado por Rajoy para un ministerio vital esta legislatura como es Interior. Buena noticia para el PP catalán y premio merecido para un político apreciado por todos los partidos y que es un buen compendio de los tres valores de este Gobierno.
Editorial, LA VANGUARDIA, 22/12/11