Chapu Apaolaza-ABC

  • Solo yéndole peor a España puede irle mejor a Sánchez

De los escándalos de corrupción que asedian a su partido, su gobierno, sus ministros y hombres de confianza, a su mujer, a su hermano y al fiscal general del Estado, que de quién depende, pretende salir Sánchez con una reunión con Puigdemont en el autodenominado exilio. Confían en que la validación del fugado de la Justicia española y todos los marcos mentales de su movimiento secesionista y antiespañol consigan tener el efecto de la tabula rasa que ponga a cero la opinión pública. Buscan un cataclismo que lo salve. Cuando amnistiaron a Puigdemont, las ‘majorettes’ del pedrismo relativizaban pacto con los independentistas en contra de las promesas del propio presidente y otros episodios de los que, ahora se demuestra, según ellos, su insignificancia. Un suceso sustituye a otro siempre que el segundo sea más doloroso y más grave el segundo de modo que lo primero ya parece trivial. El pacto de investidura con Bildu se aparece en canicas comparado con que la izquierda abertzale te firme la Ley de Memoria Democrática, y la ley se relativiza cuando arrebatan el Ayuntamiento de Pamplona a UPN para dárselo a Joseba Asirón y aquella moción de censura se opacará sacando a los etarras de la cárcel, si es que esto no ha sucedido ya. Un dolor mayor hace borrar el primero, como si uno una tarde se amputa una mano en una prensa hidráulica y allí, manco, pone en contexto el dolor de cabeza que tenía esa mañana.

Moncloa cree que saldrá de esta. Queda mucho para las elecciones, se dicen, y confían en que en ese tiempo pueda pasar cualquier cosa: un cataclismo que salga mejor que el último o una tercera guerra mundial. Entonces será difícil que los españoles, mientras asaltan una farmacia en busca de yodina para darle a sus hijos y mitigar los efectos de la nube nuclear en su tiroides, será difícil que culpen a Sánchez de haber colonizado las instituciones. En lo de Pepe Félix Tezanos dirán que saca aún más distancia a Núñez-Feijoo, porque los cisnes negros los ve Sánchez del color del arcoíris y de los ojos emanan preguntas del CIS en las que sale guapo. Y si no sucede nada, o el escándalo no nace orgánicamente del Gobierno, en Moncloa trabajan quince mil asesores con planes escritos en archivos de texto en los que se acomete una propuesta de reforma de la Justicia, de la Constitución, el referéndum sobre el fin de la monarquía y otros escenarios de los que dirán que traen avance y progreso. O quizás, unos enfrentamientos en las calles en las que un pirado saque una pistola o que, en un tumulto, Dios no lo quiera, un paisano se dé en la nuca con un bordillo por una mala caída y los ‘pedrettes’ escriban tuits recordando cuando decíamos que este país se rompía por el concierto fiscal catalán. Solamente yéndole peor a España puede irle mejor a Sánchez que cabalga en su huida hacia adelante; quién sabe qué tendremos por delante.