- Marlaska, urgido por el acorralado Sánchez, perpetra de nuevo un ataque a la neutralidad de la Guardia Civil. El movimiento de Alfonso López y de Rafael Yuste solo trata de parar a la UCO y enviar un mensaje a los mandos que no se doblegan a las indicaciones de los políticos
Cuando una persona, un amigo, te miente, pierdes toda la confianza en él. Algo parecido ocurre con el actual Gobierno, ese que preside el hombre que perdió las elecciones y es incapaz de sacar un presupuesto adelante desde hace tres ejercicios. La inmensa mayoría de los españoles, incluidos los votantes del PSOE, no se fía de este Ejecutivo. Por eso está bajo sospecha el último movimiento que se quiere llevar a cabo en la UCO, en medio de la tormenta desatada por sus investigaciones del entorno de Sánchez y del núcleo duro del PSOE.
Hace tiempo que se venía especulando con este movimiento. Se trata de mandar al general Alfonso López Malo al extranjero y ascender a general al hoy coronel Rafael Yuste. Ambos insobornables y ejemplares servidores públicos que no han cedido ni a tibios ni troyanos, ni a PSOE ni a PP. Solo así se puede garantizar la neutralidad de un cuerpo tan fundamental en nuestro país como es la Guardia Civil. Ya en un pasado reciente se llevaron a cabo algunos movimientos en la cúpula del Cuerpo que para nada obedecían a necesidades objetivas, sino a manipulaciones orientadas a controlar el trabajo y las investigaciones de una división que ha demostrado realizar un servicio comprometido, honesto, profesional y notablemente eficiente.
Marlaska, urgido por el acorralado Sánchez, perpetra de nuevo un ataque a la neutralidad de la Guardia Civil. El movimiento de Alfonso López y de Rafael Yuste solo trata de parar a la UCO y enviar un mensaje a los mandos que no se doblegan a las indicaciones de los políticos. Lo hizo con Pérez de los Cobos, quien le ganó siempre en los tribunales, aunque la mezquindad moral de Marlaska, arrastrándose por el barro, fue incapaz de reconocer y entender cómo funciona un Estado de derecho. El sanchismo y sus secuaces se caracterizan justamente por eso, por no entender la democracia e inclinarse siempre por el lado oscuro. Ahí se quedará para siempre el actual responsable del Interior: en el cuarto oscuro, en sus tinieblas, donde tal vez se mueve como pez en el agua. Por cierto, esa imagen moviendo labios y lengua en el Parlamento, enviando no sabemos muy bien qué mensaje a la oposición, quedará para siempre, y de momento, como el instante más repugnante, al menos en lo que a estética se refiere, de los últimos cincuenta años de parlamentarismo.
El intento de instrumentalizar a la UCO es un capítulo más del rosario de corrupción que ahora mismo atenaza la vida política española. No es la primera vez que ocurre esto en la Guardia Civil. Nos queda, sin embargo, la esperanza de que los profesionales de ese cuerpo están por encima de banderías políticas, lejos de la cúpula y conocedores de la realidad social de España. Marlaska pasará y la Guardia Civil seguirá como lo viene haciendo desde 1844, hace nada menos que 181 años, bajo el lema «Todo por la patria». Y la verdad es la verdad, la diga Agamenón o el porquero.