TEODORO LEÓN GROSS-ABC

  • La campaña que han desatado desde Moncloa opera con la lógica destructiva del Grupo Wagner

El próximo movimiento en el tablero político es más previsible que una apertura siciliana. Sánchez, que viaja a China con aires mesiánicos después de la Cumbre Iberoamericana tras pasar por Bruselas, va a adoptar el rol de Mr. Sánchez, el estadista planetario providencial, mientras sus pretorianos cargan contra Feijóo al que ya presentan como un tipo cerril bastante aldeano. Para su book de fotos, Sánchez se exhibirá con Xi Jinping como un cruce entre Kissinger y Kofi Annan, mientras sus publicistas seguirán dándole estopa al Sr. Feijóo por tener una idea de la realidad global nivel Gracita Morales y no hablar mejor inglés que ella. Ese es el esquema que viene: Sánchez cruzando el Berlaymont con ínfulas de Gary Cooper solo ante el peligro neoliberal mientras retratan a Feijóo protagonizando su particular ‘As bestas’ para acabar con el líder europeo del progreso social.

Feijóo se puede lamentar de que lo «manipulan» para «destruir a la oposición», pero no está ahí para quejarse de lo obvio sino para tener respuesta. La campaña que han desatado desde Moncloa opera con la lógica destructiva del Grupo Wagner. Sánchez le atribuye «insolvencia y mala fe»; Bolaños desdeña el margen de error de Feijóo al ser del cien por cien; Marisú Montero ponía la salsa negándose a recibir «lecciones» del tipo del yate con un narcotraficante; Calviño repetía lo de antipatriota; y hasta Albares percutía con su aire de monaguillo virgen… y todavía 24 horas después llegaba Pilar Alegría, tan lenta fraseando que sus proyectos de chiste ya han perdido la gracia para cuando ella los acaba. Días atrás, sucedía lo mismo con la crítica de Feijóo a la seudorreforma de las pensiones, por cierto como la Airef, autoridad fiscal independiente creada a instancias de Europa. Feijóo sabe que no habrá tregua, por irónico que resulte tratar de insolvente a quien ha gobernado Galicia con cuatro mayorías absolutas frente a un tipo que llegó a presidente habiendo sido concejal de rebote desde el puesto 23, plagió su tesis y pasó por Caja Madrid.

Sin duda Feijóo necesitará reprogramar su estrategia porque esos marcos pueden ser letales. Si llega a instalarse la idea de aldeano insolvente es muy difícil modificar eso. Tipos notables como Fernando Morán ya lo sufrieron. Y hay una campaña para desacreditar a Feijóo por esa vía ‘ad hominem’ que Schopenhauer incluía en su póstuma ‘Dialéctica erística o el arte de tener razón’, expuesta en 38 estratagemas para ganar adeptos aunque haya que arrastrar los argumentos por el fango. Esto es lo que hay. Sánchez ya ha reordenado su izquierda con la Operación Cosas Chulísimas, y ahora vuelve la mirada al espacio central para cortar la amenaza de fuga de medio millón de votos al PP. Esa es la clave de la campaña ‘ad hominem’ con todo el Grupo Wagner de Moncloa repitiendo inmisericordemente los ataques al Sr. Feijóo mientras sus medios proyectan el relato cosmopolita de Mr. Sánchez.