EL CORREO, 10/9/12
El obispo de San Sebastián critica a quienes reclaman la excarcelación del preso de ETA enfermo «sin condenar» el terrorismo
El Obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla, señaló ayer a la izquierda abertzale desde el púlpito de la Basílica de Arantzazu. En la ceremonia oficiada con motivo de la festividad de la patrona de Gipuzkoa, Munilla repasó en su homilía «la polémica suscitada» por la excarcelación del preso de ETA Josu Uribetxebarria Bolinaga, enfermo de un cáncer con metástasis. El prelado guipuzcoano, «triste» por los acontecimientos, criticó al mundo de Batasuna por reclamar la puesta en libertad del recluso «sin haber condenado antes los atentados». A su juicio, quienes «han hecho y siguen haciendo» de la situación «humanitaria» del interno «un instrumento de reivindicación política» han acabado por «humillar a la víctimas» del terrorismo y «dificultar la aplicación de estas medidas» penitenciarias.
Munilla lanzó esta velada acusación a la izquierda abertzale después de que la candidata de EH Bildu a lehendakari, Laura Mintegi, declarase en una entrevista que la condena a los actos terroristas es «adecuada a los púlpitos», pero no para los responsables políticos. El obispo de San Sebastián, desde el altar del santuario de Arantzazu, censuró ayer a quienes han aprovechado el ‘caso Uribetxebarria’ para «instrumentalizar el sufrimiento y los mismos principios humanitarios» con el fin de «evadirse de la autocrítica que tienen pendiente».
El obispo donostiarra ofició la homilía, titulada ‘Reina y madre de salvación’, en una basílica abarrotada de público a la que no acudió ningún representante institucional de la Diputación de Gipuzkoa, dirigida por Martín Garitano (Bildu), ni del Gobierno de Patxi López. Entre otras autoridades, la ceremonia contó con la asistencia del portavoz del PNV en las Juntas Generales del territorio y ex máximo responsable foral en el territorio, Markel Olano.
«No es suficiente con derrotar al terrorismo, aunque obviamente es necesario hacerlo, sino que también es importante trascenderlo y superarlo moral y espiritualmente, sin dejarnos atrapar por la espiral de odio que genera», proclamó el prelado guipuzcoano en su discurso. Munilla no evitó la polémica generada por la excarcelación. Además de censurar el uso «político» de la izquierda abertzale, que exige la inmediata liberación del preso, condenado por el secuestro de Ortega Lara, el obispo se dirigió de forma implícita a las asociaciones de víctimas y los sectores del PP más beligerantes con su puesta en libertad.
Munilla consideró que es «bueno» que haya un «legítimo» debate sobre el «margen prudencial» con el que los presos de ETA que sean declarados enfermos terminales puedan ser puestos en libertad para morir rodeados de sus familiares, tras analizar su «actitud y otras circunstancias». «Lo que no sería aceptable es la negación indiferenciada del mismo principio humanitario», remarcó el prelado, abierto a las excarcelaciones, pero partidario de estudiarlas caso a caso.
En su opinión, ese principio humanitario «no responde tanto a la bondad de quien lo recibe, cuanto a la magnanimidad de quien lo ejerce, aunque ciertamente lo primero ayuda mucho a lo segundo». El prelado donostiarra, «al margen de cualquier ambigüedad en la condena de la violencia», cuestionó los comportamientos más vehementes que ha suscitado la concesión del tercer grado al preso de ETA.
Munilla se preguntó si «son conformes con el sentir cristiano y con la misma ética» expresiones como «¡que se mueran en la cárcel, que se lo tienen bien merecido!». El obispo admitió ser consciente de que «en algunos casos, detrás de esas reacciones, laten heridas pendientes de sanación y reparación, causadas por gravísimas injusticias». Por ello, instó a no olvidar que existe todavía «un gran déficit en el acompañamiento a las víctimas del terrorismo, que sufren las consecuencias del horror que padecieron».
EL CORREO, 10/9/12