EL CORREO 01/02/14
El obispo de San Sebastián, José Ignacio Munilla, encabezó ayer una jornada de oración y reflexión con medio millar de jóvenes guipuzcoanos para abordar la aportación que los cristianos pueden hacer a consolidar la paz en el mundo y, más concretamente, en Euskadi.
Aprovechando la celebración de San Juan Bosco, Munilla glosó la figura de este santo y explicó que centró su obra en luchar contra la explotación infantil y juvenil en el siglo XIX. A partir de este ejemplo, el obispo se preguntó qué tipo de «pobrezas» debería afrontar el santo en nuestros días y apuntó, entre otras, a las «idolatrías políticas», que llevan a quienes pierden la fe a cambiar «la patria del Cielo por una patria de plastilina o papel de fumar». Añadió que se refería «a todo tipo de nacionalismos exacerbados, que tanto daño hacen a la paz». Munilla volvió a reunir a varios centenares de escolares de colegios religiosos de Gipuzkoa en la catedral del Buen Pastor para animarles a «trabajar por la paz desde la fraternidad» y a reflexionar sobre «lo que cada uno puede hacer para aportar su semilla».
El obispo indicó que los jóvenes de hoy se enfrentan a «esclavitudes» que poco tienen que ver con las del pasado, pero no menos negativas. Mencionó «la frivolidad y el materialismo, las adicciones a la tecnología o la soledad de lo virtual». Se extendió algo más en las «idolatrías políticas». Según explicó, «la confrontación predominante en el siglo XX entre el capitalismo y el comunismo se sustituyó por otras tras la caída del muro de Berlín: hutus-tutsis, serbios-bosnios, palestinos-judíos, irlandeses-ingleses, los míos y los tuyos». «Nacionalismos exacerbados» de los que dijo que «algo sabemos nosotros».
La oración de la catedral tuvo un carácter distendido. La anécdota de la mañana se produjo cuando, antes de comenzar el acto, varios jóvenes se acercaron a Munilla para preguntarle por sus argumentos para oponerse al aborto. El obispo les respondió durante unos minutos.