La acampada de Sol está entrando en bucle. Cada vez hay menos cambios y la rutina se está apoderando del campamento. A pocas horas de que se abran los colegios electorales no hay un protocolo establecido para que los acampados vayan a votar.
Desde el comité de comunicación se ha informado a ABC de que hay previsión de que por la mañana la Puerta del Sol se pueda quedar más vacía. A pesar de ello, descartan que la Policía vaya a aprovechar el momento para desalojar la plaza.
«Yo iré a votar por la tarde para hacer bulto por la mañana, que es cuando más se necesitará por el bajón de gente», declara una campista que tendrá que desplazarse hasta la zona norte de Madrid para ejercer su derecho a voto. La comisión de comunicación está contenta por la gran afluencia a las urnas que prevén, y afirman que están «ansiosos» por conocer los resultados de las elecciones y así poder hacer un primer balance de la repercusión de las protestas basandose en datos totalmente objetivos. «Yo creo que todo esto va a servir para algo, sólo es el principio de algo más grande», dice Juan José, que lleva acampado en la plaza desde la primera noche.
Hasta que se conozcan los tan ansiados resultados, los manifestantes pueden pasar las horas de insomnio y espera leyendo los libros que hay disponibles en la «Biblioteca», un área nueva destinada a contribuir culturalmente a estos momentos de «lucha».
En la noche posterior al día de «reflexión», los debates no han sido tan encendidos como las jornadas anteriores. Se han repartido octavillas y flyers de discotecas sin distinción, aunque la verdadera juerga estaba en la calle. A pesar de que los organizadores trataban de convencer a los asistentes de que no bebieran alcohol, el ambiente era más parecido al de un botellón que al de un lugar donde reflexionar.
Se ha protestado contra todo: contra el paro, la iglesia, los bancos y la contaminación. Aunque los malos humos los ponían los miles de cigarillos que mataban el oxígeno debajo de las carpas. «El olor comienza a ser insoportable», comentaba una campista. Otros sin embargo afirmaban: «Mola esta mezcla de discoteca y revolución. Por fin se puede hacer botellón sin que te detengan».
Problemas organizativos
Con el aumento de manifestantes también ha llegado la desorganización. La mayoría de sub asambleas se han atrasado esta noche y el comité de prensa no ha sido capaz de informar aún a los medios de las decisiones que se han tomado en la asamblea especial. También se ha celebrado una reunión de la comisión de coordinación interna en las escaleras del Corte Inglés de la calle Maestro Victoria. Aunque era una de las más esperadas, sólo ha congregado a los enlaces de cada comisión. En ella se ha denunciado los constantes problemas de coordinación que han sufrido en estos últimos dos días. Por ello, se ha propuesto definir mejor el organigrama, que cada vez es más complejo. Además se ha planteado limitar el tiempo de exposición en las comisiones y se han sacado a debate temas tan poco relevantes para el futuro de la acampada como que a partir de ahora a los voluntarios se les llamará «participantes». Hoy, en la asamblea general del mediodía, se expondrán los argumentos a favor o en contra del mantenimiento del campamento en la Puerta del Sol de manera indefinida. Las cosas no están tan claras como ayer.
Por otra parte, las subcomisiones de barrios y pueblos se pondrán en contacto con las de la Puerta del Sol para informarles de si pueden seguir más días con la protesta. Tambien las subcomisiones del centro de la capital harán lo mismo para, al día siguiente y ya en asamblea general, decidir si levantan o no el campamento.
ABC, 22/5/2011