EL MUNDO 13/12/13
· Un pacto «condenado al fracaso».
Bajo un enorme cartel rojo con el lema La solución es el federalismo y arropado por la plana mayor del PSC. Así defendió ayer el primer secretario de los socialistas catalanes, Pere Navarro, su rechazo más absoluto al pacto consumado horas antes por CiU, ERC, ICV y la CUP sobre una consulta que, según dijo, está «condenado al fracaso».
Navarro quiso escenificar así la unión que tanto le ha costado lograr en el seno del Partido Socialista en torno a una reforma constitucional que da carpetazo al derecho a decidir, y eso le permitió reclamar sin tapujos a Artur Mas que «rectifique» en su aventura independentista.
El líder socialista intentó huir del «aislamiento» que le presupuso el Govern cuando le acusó de «ir del brazo» de PP y Ciutadans, y acusó a los partidos que han secundado el referéndum de haber tomado una decisión «unilateral» que imposibilita el diálogo futuro entre la Generalitat y el Ejecutivo de Rajoy. Condición sine qua non, a su juicio, para pactar una vía alternativa que entre de lleno en la reforma de la Carta Magna para construir su idea de «una España federal».
El primer secretario del PSC también criticó a los convergentes por querer contentar a todos con la ya famosa pregunta «en cadena»: «La primera es la que proponía Mas, la segunda es la de Carme Forcadell –presidenta de la Asamblea Nacional Catalana (ANC), organizadora de la cadena independentista durante la Diada– y la de Joan Herrera –líder de ICV– no la vemos por ninguna parte».
Esta última arenga a los ecosocialistas cobra aún más importancia si se tiene en cuenta que el propio Herrera había emplazado horas antes a los socialistas a sumarse al pacto por la consulta. Navarro acusó tanto a ERC como a las CUP y en especial a Iniciativa de ser «cómplices» de los presupuestos de la Generalitat para 2014, que tachó de «antisociales». Las cuentas se ratificarán la semana que viene en el Parlament con el apoyo de los republicanos, supeditado al pacto por el referéndum secesionista. Navarro ve en el acuerdo de ayer una clara estrategia electoral tras «la fallida apuesta política» de CiU en las últimas elecciones catalanas, donde pidió una «mayoría excepcional» y acabó perdiendo 12 escaños.
A su juicio, tal como se ha planteado el proceso, sin el acuerdo entre Generalitat y Gobierno, lo que se conseguirá es que no haya consulta. En su empeño por desmarcarse también de las férreas posturas de PP y Ciutadans, el PSC también ha encontrado la fórmula para criticar a estas dos formaciones, a quienes acusó de «alimentar el nivel de confrontación». Navarro también pidió la disolución de la comisión por el derecho a decidir del Parlament que el PSC sí secundó pese al enfado de los barones socialistas.
EL MUNDO 13/12/13