LA RAZÓN 30/07/13
TONI BOLAÑO
Será discreta o secreta, pero será. Artur Mas le envió una carta a Rajoy el pasado viernes. Le adjuntaba las conclusiones de un informe en el que se afirma que un referéndum sobre la independencia sólo tendría validez jurídica si está sustentado en un acuerdo con el Estado. Otras fórmulas como la declaración unilateral de independencia –opción que entusiasma a ERC– o unas elecciones plebiscitarias también son consideradas, aunque el documento reconoce que son una mala salida.
Con la misiva, el presidente catalán hace una apuesta por el diálogo. ¿Forzado por las circunstancias? Seguramente, pero diálogo al fin y al cabo. Artur Mas sabe que los próximos movimientos son importantes en el complejo tablero de la política catalana y el tiempo le apremia. ERC quiere celebrar la consulta cuanto antes mejor y CDC ha puesto fecha: septiembre de 2014.
Sin embargo, no todo es unanimidad en las filas nacionalistas. Algunos dirigentes nacionalistas consideran que una parte del partido «va demasiado espitoso» para no descolgarse del ardor guerrero que impera en el mundo nacionalista. En definitiva, consideran que se va demasiado deprisa y que afrontar el proceso secesionista sin una base jurídica es un error de cara a conseguir el respaldo internacional.
Estos dirigentes apuestan por una estrategia de sin pausas pero sin prisas y abonan abrir vías de diálogo que permitan nuevas soluciones que no pasen inexcusablemente por el abrazo del oso de los republicanos. Para algunos sectores de CDC, tanto cariño empieza a ser sofocante. Por un lado, CDC ha perdido el liderazgo en los sectores más militantes del nacionalismo y, por otro, ERC sigue atenazando la labor del ejecutivo porque impide la aprobación de los presupuestos. Un acuerdo en el Consejo de Política Fiscal y Financiera que se celebra mañana no es un plato despreciable. Ni para Mas, ni para Rajoy.
Haciendo de la necesidad, virtud, Mas parece haber escuchado a estos dirigentes «consulta-excépticos». No va a reducir el diálogo a un simple intercambio epistolar acompañado de aparato mediático. Quiere verse con Rajoy. Nunca es tarde si la dicha es buena. Al menos, eso dicen.