Ya está bien de vivir en un pasado repleto de micromachismos, franquismos, catolicismos y estructuralismos alienantes y pertinaces. De cara a este año que empezamos vale ya de Navidades, cabalgatas de Reyes, Semana Santa, Fiestas Patronales o las onomásticas. ¡Abajo esa superchería retrógrada, cosificante y con cafeína! Gracias a que tenemos una pléyade de políticas formadas en el feminismo de nuevo cuño, coña y coñe como la consejera de igualdad de la cheneralité catalana, Tania Verge, sabemos a qué atenerse y eso es muy de agradecer. Un supositorio: usted se encuentra a un conocido, conocida o conocide y tras hablar un rato le suelta “Adiós”. ¡Facha! ¡No y mil veces no! Eso es menoscabar la libertad de creencias que debe imperar en un estado laico como la España sanchista. Acostumbrémonos a emplear fórmulas que no aludan a ninguna figura religiosa. ¿Qué se despide usted de un ateo? Dígale “Yo no te creo, hermano”; ¿Qué se trata de un pijo progre millonario cultureta? Diga “Namasté”, que queda más cool; ¿Qué no sabe que piensa su interlocutor, interlocutora, etc.? Pues zanje el tema con un “Ahí te quedas, lumbreras”. Podrían aceptarse expresiones, si no hay otro remedio, como ”Hasta luego, Lucas”, o “Que me voy, que me voy, sus jodeis, que me voy, sus habéis jodido, porque ya me he ido”.
Hay que seguir el camino marcado por la consejera y no celebrar la Navidad públicamente porque eso podría herir la susceptibilidad de quienes profesan otras religiones o, simplemente, se dedican a la papiroflexia, la cornamusa o la idolatría a las patas de palo. Nada de Misa del Gallo. Un Kentucky para los amigotes y tira que te vas. De cabalgatas de Reyes, menos, no hay que dar pábulo a la monarquía. Sustitúyanse a los bondadosos magos de Oriente por tres magas, tres pitonisas o tres señoras de las que leen el tarot por la tele. Otrosí digo: hay que poner caganeras en lugar de caganers en los belenes y hay que exigir que las campanadas las den señoras enseñando las lolas, eso sí, que sean de Femen, y ojito, eso no es cosificar porque lo dice la biblia Woke y no se hable más.
Gracias a que tenemos una pléyade de políticas formadas en el feminismo de nuevo cuño, coña y coñe como la consejera de igualdad de la cheneralité catalana, Tania Verge, sabemos a qué atenerse y eso es muy de agradecer
¿Y que me dicen de Semana Santa? Pues que con la Semana Fantástica del Corte Inglés vamos más que sobrados, rancios, que son ustedes unos rancios. Ni tronos ni saetas ni cofradías, al contrario, mucha batucada, mucho concierto de grupos que no los conocen ni en su casa a la hora de cenar y mucha copa menstrual. Si hay que sacar a alguien se saca a Irene Montero, mártir. Les seré sincero, no como el gobierno, suprimir algunas de esas festividades tendría aspectos positivos, verbigracia, no tener que compartir mesa en Nochebuena con algún ser de los que defienden tamañas barbaridades y, cosas del azar, siempre te tocan a tu lado. Voy más lejos que la consejera y todas sus chupi compis: hay que unificar en todos los grandes almacenes las secciones de Señoras, Caballeros, Jóvenes, Bricolaje y Línea Blanca y que cada uno se apañe como pueda. Obvio es añadir que si usted no consume productos porcinos queda exento, que el respeto a la diversidad es marca de la casa.
Ah, pero no crean que Esquerra desconoce la tradición y que perseguir a las fiestas católicas es de ahora. Companys ya había prohibido en 1936 todo festejo relacionado con la Navidad. A causa de ello detuvieron al alcalde de Lérida, Don Joan Rovira Roure, por permitir que se celebrase la cabalgata de Reyes. Sin posibilidad de defenderse, se le condenó a morir fusilado. Lo hizo cristianamente, perdonando a sus asesinos. Pero como esto no es memoria histórica, ni woke, ni feminismo de subvención, no lo tengan en cuenta. Pero recuerden: cuando los políticos pretenden suprimir a Dios de la ecuación de la vida, la barbarie se enseñorea de ésta.