Santiago de Pablo y Gaizka Fernández Soldevilla-El Correo

  • El ‘Che’ Guevara nunca escribió la estrofa que figuraba en la despedida de Jon Paredes ‘Txiki’ y que la izquierda abertzale reproduce en su propaganda

La izquierda abertzale está impulsando una campaña con los lemas ‘Askatzera lotuak’ (Atados a la libertad) y ‘Askatasun Haizea’ (Viento de libertad), así como con las fotografías de Ángel Otaegi y Jon Paredes (‘Txiki’). Es una forma poco sutil de ligarse a ETA.

El 27 de septiembre de 1975 la dictadura ejecutó a tres miembros del FRAP y a dos de ETApm. Otaegi había sido condenado por cooperar en el asesinato del guardia Gregorio Posada y ‘Txiki’ por el del policía Ovidio Díaz, aunque también estaba procesado por la muerte del subinspector José Díaz. Como ha explicado Jesús Casquete, ETA y su entorno elevaron a ambos a la categoría de mártires. La organización se lo hizo saber a la «querida familia» de Paredes, parafraseando al escritor eclesiástico Tertuliano: «Txiki es (…) un héroe del pueblo, cuya sangre será fértil simiente y constituirá el grito de una juventud vasca que se levantará más decidida a recuperar la libertad que tanto necesita Euskadi».

Su figura era útil por cuatro motivos. Uno, había empleado las armas. Dos, había encarado la muerte de manera serena. Tres, había nacido en Extremadura, por lo que podía ser instrumentalizado para reclutar a otros inmigrantes. Y cuatro, en un recordatorio de la primera comunión de sus hermanos, había redactado una despedida lírica: «Mañana cuando yo muera/ no me vengáis a llorar./ Nunca estaré bajo tierra/ soy viento de libertad».

Al principio, nadie dudó de que el autor de la poesía era ‘Txiki’ y así apareció en la prensa antifranquista de 1975. Pero al año siguiente el abogado abertzale Miguel Castells afirmó bajo seudónimo en el libro ‘Consejos de guerra en España’ que «los versos son del ‘Che’ Guevara». Esta atribución enseguida se hizo popular, dando lugar a un episodio estrambótico: en 1976, un cantautor asturiano ganó el primer premio en el Festival de la Paz de Valladolid, organizado por el Movimiento, con una canción que comenzaba con dichas frases. ‘Diario 16’ dio la noticia con el titular: «Festival de la Canción del Movimiento. Primer premio, a una canción con versos del ‘Che’ Guevara».

La atribución permitía potenciar la figura de ‘Txiki’, vinculándola al icono revolucionario del siglo XX. Un encaje perfecto para una ETA que soñaba con que Euskadi se convirtiese en «la Cuba de Europa Occidental». En el imaginario abertzale aquellas estrofas, y especialmente la expresión «viento de libertad», quedaron íntimamente ligadas tanto a la banda como a la figura del mártir, y las utilizó con frecuencia en su propaganda. Ya en 1976 Javier Eceiza estrenó el filme ‘Mina, viento de libertad’, que comparaba al guerrillero navarro Javier Mina, fusilado en México por tropas españolas, con ‘Txiki’. En su cartel se fundían la imagen de Mina con el dibujo del rostro del ‘Che’.

La expresión ha sido reproducida en pegatinas, carteles, pintadas, discursos, música, cine, artículos o libros vinculados al nacionalismo radical. Entre estos últimos destacó ‘Txiki-Otaegi. El viento y las raíces’, de Javier Sánchez Erauskin (1978). En 2007 Haizea eta Sustraiak Kultur Elkartea presentó una nueva edición de la obra, a la que se añadieron textos de exmiembros de la banda, y un documental hagiográfico sobre los dos etarras. En 2020 Euskal Memoria Fundazioa sacó el libro ‘Vientos de libertad: seis décadas de cárcel por motivación política en Euskal Herria’. Y en 2023 el grupo de música patriótica Nafarroa 1512 estrenó el álbum ‘Askatasun Haizea’.

Sin embargo, aquel viento había soplado con una fuerza terrible. En febrero de 2007 ETA creó el comando Askatasun Haizea, que recogió información sobre distintas personas, casas del pueblo del PSE-EE, sedes del PP, comisarías de la Ertzaintza, casas-cuartel de la Guardia Civil y juzgados. Sus atentados produjeron 37 heridos, cinco de los cuales con incapacidad permanente absoluta. El comando tenía planeado asesinar al entonces juez Grande-Marlaska, al político popular Ramón Rabanera y al concejal socialista Benjamín Atutxa. Por suerte, la Guardia Civil se lo impidió al desarticularlo en julio de 2008.

Pero, en realidad, el ‘Che’ nunca escribió la estrofa a la que se sigue aferrando el nacionalismo radical. No está incluida en sus ‘Obras completas’ ni en las recopilaciones de sus poesías. Posiblemente ‘Txiki’ copió los versos de la canción ‘Ay, Che camino’, popularizada en 1968 por el grupo francés Los Guerrilleros en honor al líder revolucionario: «No tengo tierra ni casa/ No tengo nombre ni edad/ Soy como el viento que pasa/ Un viento de libertad (…). Mañana cuando yo muera/ oigan queridos hermanos/ quiero una América entera/ con el fusil en la mano». En resumen, la atribución de este poema al ‘Che’ no fue más que un mito inventado para reforzar el carácter de héroe-mártir de Paredes.