Nicolás Redondo Terreros esgrime la legitimidad que le da ser fiel a la defensa de España como una nación, que forma parte del patrimonio histórico del PSOE, para criticar la propuesta aprobada por el Comité nacional de su partido en la que se habla de «comunidad nacional vasca».
El ex secretario general de los socialistas vascos arremete contra los nuevos tiempos que corren en su partido, y lo hace de forma pública, «para ser más honesto que los que estaban conmigo».
-¿Hasta qué punto el proyecto de reforma del Estatuto de Guernica que ha aprobado el PSE supone un cambio de rumbo?
-Es el triunfo del sector vasquista del partido y tira por la ventana nuestra historia, escrita por personas como Indalecio Prieto, autor de unas de las más bellas páginas sobre España. No olvidemos que el PSOE es un partido nacional, de izquierdas, que cree en España y en la nación española, y jurídicamente una nación no puede incluir distintos proyectos nacionales. Algo así no puede ser decidido en un comité nacional, porque es un punto y final a la historia del Partido Socialista Obrero Español en el País Vasco.
-¿Hay aproximación al nacionalismo?
-Es evidente que se inaugura una nueva estrategia con vocación nacionalista, así de claro y así de sencillo. Cuando se habla de proyecto nacional vasco, de comunidad nacional, se está hablando de nacionalismo. Cosas de las que propone ese documento fueron rechazadas radicalmente por mi partido cuando el PNV negoció con EE y con EA como socios de gobierno. Ahora, en el PSE han tomado terreno los partidarios de una visión nacionalista de la vida política en el País Vasco.
-¿Qué fue lo que rechazó el PSE en aquella negociación con el PNV?
-El que se entendiera la relación del País Vasco con el resto de España como una relación bilateral. Puede haber una relación diferente o especial, como la del Concierto, pero no bilateral. Han optado por la relación confederal con España y eso se discutió con el PNV cuando rechazamos entrar en el gobierno, que finalmente hicieron con EA y EE. No admitimos entonces que se hablara de relación bilateral entre dos realidades distintas, España y el País Vasco, porque no lo son. La nación es España.
-¿Responde el documento redactado por Guevara a la línea de Gemma Zabaleta, que prácticamente no obtuvo apoyos en el congreso del PSE en el que Patxi López le sustituyó a usted como secretario general?
-A lo que no corresponde es a lo que se plasmó por parte de la actual dirección, pero lo que ha ocurrido ya se veía venir. En aquel momento había una gran debilidad del PSE en relación con el PP y se tenían que cubrir y ahora que estamos en el Gobierno es el momento de mostrar sus verdaderas cartas. Desgraciadamente todo lo encubre el tactismo y la vocación de ganar unas elecciones y acceder al poder. El PSE ha optado, con mi radical oposición, a convertirse en un nuevo PSC, con lo cual el PSOE es menos PSOE de lo que era antes.
-¿Qué es lo que más le disgusta de la propuesta de reforma estatutaria?
-El que ponga en duda la nación española. La propuesta que ha hecho Guevara y que se ha aprobado habla de proyecto nacional vasco, de comunidad nacional vasca y, para entendernos, el término nación está relacionado con soberanía y, por lo tanto, la propuesta es una propuesta en la que se interpreta la soberanía española y la nación española a la baja. Si se consolida esto, España será más débil, menos solidaria y menos eficaz y tendrá menos fuerza en el mundo.
-En el último congreso del PSE la actual dirección sólo obtuvo el 64% de los votos. ¿Habrá debate interno?
-No creo, porque ahí hay una conjunción de intereses y el resultado del Comité nacional es explícito y claro. Si los más importantes están de acuerdo con eso, se aprobará. También se aprobó lo contrario hace cuatro años. Gente como algún secretario general del PSE antiguo estaba con lo anterior y está con lo nuevo. Estas son cosas que suceden y que te hacen ser escéptico con la naturaleza humana.
-¿Se refiere a la propuesta «Más Estatuto»?
-Me refiero a la apuesta por la alternativa al PNV.
-Pero Patxi López también se presenta como alternativa al PNV.
-No lo es, porque primero tendría que ponerse de acuerdo con el PP. No es una alternativa al PNV. Eso tiene que quedar claro. Aquí hay un plan Ibarretxe y una alternativa al PNV, que es el Estatuto de Autonomía, y luego hay una tendencia táctica, coyuntural, frívola a mi juicio, de acercamiento a los nacionalistas, que es el documento Guevara.
-¿Qué consecuencias cree que tendrá esa tendencia de acercamiento al PNV?
-La defensa del Estatuto de Autonomía se la dejan a otros. Batasuna no apoyó nunca el Estatuto, el PNV ha ido por el camino que marcó Batasuna y ahora nosotros queremos modificarlo. El único partido político que lo defiende ahora es el PP y supongo que mucha gente en la sociedad vasca que quiere profundizar en la autonomía, pero desde el Estatuto, sin retoques, sin proyectos nacionales vascos, sin comunidad nacional vasca.
-Algunos de los que apoyan el mantenimiento del Estatuto en el PSE, como usted o Rosa Díez, no parecen estar en posición de poder plantear ninguna batalla en el partido, mientras otros como Carlos Totorica, guardan silencio.
-Yo cuando me marché dejé de tomar posición en el partido. Digo lo que pienso y lo digo desde la legitimidad que me da el haber dejado los cargos políticos, pero no estoy en ninguna batalla interna. Por desgracia, los datos que van viniendo me dan la razón en casi todo lo que aconteció alrededor de mi dimisión. En el PSE ha prevalecido una línea y por lo tanto la otra, la que yo representaba y la que salió derrotada, no plantea ninguna batalla interna. Eso sí, siendo más honesto que los que estaban conmigo, diré lo que considero públicamente desde la libertad que me da ser simplemente afiliado.
-Entonces, puede descartarse la contestación interna.
-Parece que todos los dirigentes están de acuerdo, desde Eguiguren a Jáuregui, pasando por Patxi López y Javier Rojo. Los que opinamos de forma distinta quedamos fuera de los órganos de dirección del partido en el último congreso.
-Con esta propuesta, parece que el PSE sólo podría tener a los nacionalistas de socios de gobierno.
-Por eso no hay una alternativa al PNV. Es evidente que la relación presente no es con el PP, por lo que o el PSE saca mayoría absoluta o no hay cambio de gobierno. A mi juicio, estamos consolidando -por desgracia y cometiendo un gravísimo error- los próximos 25 años como otro cuarto de siglo de hegemonía nacionalista.
ABC, 21/12/2004