Luis Ventoso, ABC, 5/5/12
El PSOE no se entera: el filonacionalismo es su tumba
PASMA la profunda burramia política con que se ha movido el PSOE en el País Vasco y Cataluña desde el zapaterismo para acá. Buena parte de su atractivo en esos territorios radicaba en que era un partido constitucionalista, o dicho de manera menos cursi y más clara: españolista. El PSOE aparecía tradicionalmente como la opción de los vascos y catalanes de izquierdas que no se sentían nacionalistas. Pero Zapatero tuvo una de sus visiones de naturaleza casi lisérgica: había que abrir el partido a los caladeros del nacionalismo, porque esto era «la España plural». Resultado: el PSC y el PSE entraron en una dinámica suicida y se lanzaron a competir para ser más nacionalistas que los propios nacionalistas. Un ejemplo de manual fue la deriva del inolvidable José Montilla, pésimo ministro de Industria, gestor pirómano que dejó a Cataluña empufada hasta las cejas, y president de paja, un guiñol de la Esquerra freak de Carod-rovira. El resultado de esa simbiosis con los separatistas fue el que esperaba todo el mundo menos el agudo estratega de León: castañazo en las urnas y subidón de CIU. ¿Para qué comprar el sucedáneo teniendo el original?
La historia se está repitiendo en el País Vasco con el pusilánime Patxi López. Dentro de un año habrá allí unas elecciones a cara o cruz. Dos partidos que quieren la independencia, Amaiur y el PNV, pueden ganar y lanzar el gran órdago: «Y ahora, nos vamos», pues no es otro el anhelo de ambos. ¿Qué discurso alternativo podría ofrecer López para ganar votos y armar una línea de defensa? Pues el de reivindicar el proyecto de España como una idea solidaria y rentable (por ejemplo, en la feliz Arcadia de Otegi y Urkullu los jubilados vascos no cobrarían sus pensiones: sin la caja española simplemente no habría dinero para pagarlas, por el grave declive demográfico). ¿Pero qué hace López? Pues justo lo contrario. Se tira a la piscina del filonacionalismo, copia el léxico proetarra, invita a psicópatas asesinas con 20 muertos a sus espaldas a lacerantes foros de reconciliación y se pone al frente de la insumisión contra las medidas del Gobierno central. Un papelón, que acabará mal: subida del PNV, bajón del PSE y serio problema para España, que habrá de lidiar con un pulso contra su unidad.
López, como Montilla, como Odón Elorza, como Rubalcaba, no ha entendido nada. Los vascos que votaron a Patxi López buscaban un poco de oxígeno tras 30 años de PRI nacionalista. Solo querían que la realidad política se acercase a la realidad de la calle. Es decir: menos imposición idiomática en favor de un idioma que solo habla ¡el 16% de la población!, menos impunidad para las algaradas y la iconografía proetarra, más naturalidad en la relación con España. Derribemos fábulas: Bilbao, en costumbres y en idioma, se parece mucho más a Valladolid que, por ejemplo, Lugo. En resumen: esperaban que López españolizase un poco el País Vasco. Una oportunidad perdida, tirada al desagüe por un presidente acomplejado, que ha concedido al PNV, y en general al nacionalismo, una absurda superioridad moral. Ay, Alfredo, Alfredo…
Luis Ventoso, ABC, 5/5/12