JULIÁN QUIRÓS-ABC

  • Ahora es Sánchez el que cree que la economía le premiará con un nuevo mandato y hasta le conseguirá el perdón de sus mentiras y sus pactos contra natura

Tanto se ha manoseado la frase de aquel asesor de Bill Clinton, que tres décadas después conviene usarla en sentido contrario: la economía no va a determinar el resultado electoral de España en el año entrante. Serán otros los factores que pongan o mantengan gobiernos. El PP no podrá usar la baza del malestar material para descabalgar a Pedro Sánchez, lo cual en el fondo es una bendición, porque la derecha debe ser capaz de impulsar un proyecto suficientemente sugestivo sin necesidad de operar como el bombero o el séptimo de caballería que es llamado cada vez que estamos con la soga al cuello.

Las familias y las empresas se apretarán el cinturón, seguramente, pero la posibilidad de crisis se aleja, por fortuna, entre otras cosas porque la Administración nada en la abundancia gracias a la recaudación extra que le reporta la inflación. Ahora es Sánchez el que cree que la economía le premiará con un nuevo mandato y hasta le conseguirá el perdón de sus mentiras y sus pactos contra natura. Dinero barato, pues.