EL CORREO 28/01/14
· Persiste la actitud de boicoteo de los reclusos en el primer juicio a ETA en Francia tras la aceptación de la legalidad por el EPPK
· «El perro es el miembro más amable y parlanchín del comando», ironizó el fiscal ante el silencio de los acusados
«No hay cortesía en el País Vasco». El juez Denis Couhe extrajo su particular conclusión del comportamiento de los tres presos de ETA juzgados ayer por el Tribunal Correccional de París bajo su presidencia. En el primer juicio celebrado en Francia tras la aceptación de la legalidad por el EPPK –colectivo de reclusos fieles a la ortodoxia de la banda terrorista–, los acusados mantuvieron la tradicional actitud de boicoteo, ni siquiera se pusieron de pie e incluso se resistieron a identificarse.
El juez Couhe tuvo que preguntar a la abogada defensora, Olatz Talavera, que le indicara quienes eran en el banquillo Aitzol Etxabur u Artetxe, ‘ Txikitxe’, Alber to Matxain Beraza, ‘Ainere’, y Andoni Sarasola Yarzabal. El trío vestía camisetas con el lema ‘repatriación’. «Si no me dice quién es no puede hablar», le dijo al primero cuando expresó su intención de leer un escrito.
Más adelante, como los tres procesados hablaban entre ellos, el magistrado volvió a amonestarlos. «Si no escuchan, cómo pretenden que el tribunal los escuche. La escucha debe ser recíproca. Por lo menos es una cuestión de urbanidad», reconvino. «Siga haciendo su teatro», contestó Etxaburu. «Anote eso, señora secretaria. Sigo con mi teatro», replicó el juez.
Los acusados se mantuvieron encerrados en un absoluto mutismo solo roto con el clásico «no tengo nada que decir» ante todas las preguntas. Justo antes de que el juicio quedara visto para sentencia, Etxaburu quiso aprovechar el turno de última palabra para dar lectura a la hoja que tenía preparada. Couhe le condicionó la autorización a que se refiriera a los hechos juzgados.
«¿Qué lengua es esa? Estamos en Francia. Pare inmediatamente», le ordenó al sonar las primeras palabras en euskera. «Fascista», soltó el preso mientras se levantaba la sesión hasta la lectura, esta tarde, del veredicto.
El fiscal antiterrorista Benjamin Chambre pidió ochos años de prisión para Etxaburu y Matxain así como seis para Sarasola. Además, solicitó la prohibición de residir en Francia a título definitiva cuando hayan cumplido las penas.
Sostuvo que los tres procesados se encargaban de la gestión de los zulos y de los artefactos explosivos cuando fueron detenidos en agosto de 2009 en una estación de esquí de los Alpes franceses. En las semanas previas habían sido vigilados por la Policía que comprobó que vivían con un foxterrier llamado ‘Milú’. «El perro es el miembro más amable y parlanchín del comando», ironizó el fiscal.
El acusador público dijo que en 2008 y 2009 «la actividad terrorista era cotidiana». «Era la época de los últimos atentados de ETA, con un saldo de nueve muertos y decenas de heridos», recordó. «Hoy es una organización terrorista moribunda cuya disolución aún esperamos aunque no se pueden descartar últimos sobresaltos», observó.
La abogada del dueño de un coche robado e incendiado constituido en parte civil pidió 17.600 euros de indemnización. La defensa no pronunció alegato a petición de sus clientes.