Santiago González, satiagonzalez.wordpress.com, 24/1/12
Fíjese en esta foto, lehendakari. Son los presuntos asesinos de Puelles, que, al parecer, van a dejar de serlo cuando el tribunal de la Audiencia Nacional que los juzgaba, dicte sentencia por los hechos. Lea el desarrollo de la vista. Después, haga lo propio con la crónica del juicio que se seguía a unos correligionarios de los tipos (y la tipa, claro) de la foto.
¿No le da la impresión de que no nos toman muy en serio? Fíjese, por ejemplo, en el procesado de la izquierda. Esa expresión alucinada junto a la posición de la mano parecen indicar que se estuviera fumando un peta. No puede ser, claro. Todos sabemos que desde la entrada en vigor de la Ley Antitabaco está rigurosamente prohibido fumar en dependencias oficiales. El alucinado llamó fascista y torturador al tribunal, me dais asco, con las esposas no me vais a callar y otras expresiones colindantes. El público que las apoyaba, familiares y simpatizantes de eso que piadosamente llamamos ‘izquierda abertzale’ empezaron a montar la barrila y la juez Teresa Palacios ordenó la expulsión de los terroristas y su cuadrilla.
Quizá falle algo en todo esto, lehendakari. Uno tiende a creer que la Justicia, sin un cierto componente de ejemplaridad, no merece tal nombre y hoy nuestra Justicia no es capaz de los que los psicoanalistas llaman ‘hacer semblante’. Recuerde el día en que estos tipos presuntos acabaron con la vida de Eduardo Puelles. Usted era un lehendakari lampiño y tierno, que encabezó una manifestación de protesta en Bilbao por el asesinato. En las escaleras del Ayuntamiento dijo usted cosas necesarias y justas. Era la primera vez que un lehendakari se expresaba en términos semejantes:
“Los terroristas han acabado con la vida de un trabajador de este pueblo, cuyo único delito ha sido garantizar la seguridad y la libertad de los vascos y velar por el cumplimiento de la ley y del Estado de Derecho. Eduardo Antonio Puelles, como todas las víctimas del terrorismo, era uno de los nuestros, un defensor de Euskadi y de los vascos (…) Vamos a acabar con ellos, aplicando toda la fuerza del Estado de Derecho, de la ley, para no dar ni un minuto de respiro a los violentos (…) Ellos nos han enseñado el camino del dolor. Nosotros les vamos a enseñar el camino de la cárcel”.
Fue emocionante. Lo que pasa es que los terroristas ya saben ahora que nada dura eternamente y menos que nada, las convicciones de la democracia. No sé si leyó la información que publicaba en El Mundo Angeles Escrivá sobre las perspectivas razonablemente optimistas de Arnaldo y los suyos. Consideran que son ustedes un elemento de presión muy importante para el PP. Usted les va a enseñar el camino de la cárcel, pero para que no se les haga muy largo, se la va a poner al alcance de un viaje en metro. Concretamente en la línea de Basauri.
Santiago González, satiagonzalez.wordpress.com, 24/1/12