ABC 14/09/15
· La plataforma de Mas exige controlar puertos, aeropuertos y la seguridad pública en cuanto se proclame la independencia
· La ANC, contra la CUP «Hay que controlar la comisión de movilización, que está en manos de la CUP y tiene ideas alternativas»
La Asamblea Nacional Catalanala (ANC), la plataforma ciudadana que trabaja para la candidatura independentista de Artur Mas, Oriol Junqueras y Raül Romeva, ya ha diseñado la hoja de ruta que quieren aplicar a partir del 28 de septiembre dando por segura una victoria electoral de las fuerzas soberanistas.
Según documentos internos a los que ha tenido acceso ABC, el elemento primordial para conseguir la secesión de España es dejar de pagar impuestos al Estado: «El elemento clave que nos va a permitir ejercer y mantener nuestra independencia será la recaudación de todos los impuestos por parte del Gobierno de Cataluña», sostiene la hoja de ruta con la que trabaja la candidatura de Junts pel Sí, integrada por Convergència (CDC), Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y miembros de la llamada «sociedad civil».
El memorando especifica que el nuevo gobierno de la Generalitat salido de las urnas el 27 de septiembre tendrá que ponerse firme ante quienes respeten las leyes vigentes y paguen sus impuestos como hasta ahora: «La Administración (catalana) habrá de legislar para asegurarse de que esta recaudación se produce efectivamente y actuar en el supuesto de que haya algún incumplimiento».
El «músculo» en la calle
La Asamblea Nacional Catalana tiene un papel destacado en este desafío al Estado. Se autodefine como una de las tres patas que sostendrán el camino a la independencia. Las otros dos serían el Gobierno de la Generalitat y el Parlamento Catalán. En este contexto, la ANC también realizará acciones que complementen las normas aprobadas por la Generalitat.
Cuando el supuesto nuevo gobierno ordene pagar todos los impuestos en Cataluña, la «Assemblea» pondrá ele «músculo» en la calle para amedrentard a quienes no comulguen con la deriva soberanista: «Las acciones han de tener un marcado carácter propagandista. No son acciones para tomar las infraestructuras como si estuviéramos en un golpe de estado. Es decir, no hemos de asaltar la Delegación de Hacienda de Letamendi, sino hacer una cadena humana delante (por ejemplo) el día que la Generalitat ordene pagar los impuestos a Cataluña». Esa cadena humana en la puertas de la sede de la Agencia Tributaria en Barcelona pretende bloquear la acción del Estado en Cataluña en lo que más les interesa: recaudar los tributos.
La «seguridad pública»
De forma simultánea al control de los impuestos, la plataforma que trabaja para Artur Mas destaca otro requisito fundamental para que la aventura soberanista funcione. Se trata de que la ciudadanía perciba que «todo el país funciona con normalidad el mismo día de la proclamación de la independencia». Para ello destacan el «control real y efectivo, por parte de lasla autoridades, de las grandes infraestructu ra y fronteras (puertos, aeropuertos…), la seguridad pública, las comunicaciones, etc».
Esto se traduce en una guerra al Estado. Los independentistas están llamando, por ejemplo, a to-
mar el control del Aeropuerto del Prat, que depende del Estado, quien lo gestiona con la empresa pública AENA (el artículo 149 de la Constitución otorga al Estado las «competencias exclusivas en puertos y aeropuertos de interés general»).
Lo mismo ocurriría con la «seguridad pública». Los Mossos D´Esquadra tienen las competencias de seguridad ciudadana, pero la Guardia Civi l y l a Poli cí a Nacional siguen trabajando en un buen número de áreas en Cataluña, como la Policía Judicial. Entre otros muchos casos, la delegación de la UDEF está investigando las finanzas del clan Pujol y la UCO de la Guardia Civil rastrea las comisiones pagadas por constructoras a Convergència en el caso Petrum.
La última encuesta del CIS refleja que la candidatura de Junts pel Sí necesita los votos de la CUP para dominar el Parlamento catalán. En este punto, el triunvirato CDC-ERC-sociedad civil tendría que ganarse a un partido que, paradójicamente, en el mismo documento llaman a boicotear. La hoja de ruta de la Asamblea Nacional Catalana recoge como objetivo «controlar la comisión de movilización, ya que está en manos claramente de la CUP, quienes pueden tener ideas alternativas».
De hecho, la Candidatura d´Unitat Popular (CUP) y Junts pel Sí coinciden en el independentismo, pero no en cómo llevarlo a cabo ni en cómo gobernar la «nueva República» (ver información adjunta).