EL CONFIDENCIAL 19/05/14
JOSÉ ANTONIO ZARZALEJOS
La campaña a las europeas está demostrando que en el 25-M se ventilan una primarias de las municipales y autonómicas de 2015 y, a más a más, de las generales de ese mismo año o, quizá, de enero de 2016. Pero no todos los escenarios son iguales. Ni siquiera parecidos. La madre de todas las batallas se dirime en Cataluña. Hasta tal punto que si la coalición que encabeza CiU con el PNV y CC obtuviese en Cataluña peor resultado que la solitaria ERC, seguramente el proceso soberanista adquiriría una nueva dimensión.
Si Junqueras gana a Mas, el presidente de la Generalitat deberá sopesar qué hace en San Jaime y si le ha llegado la hora de rectificar, bien marchándose a su casa, bien alterando el trayecto previsto de la consulta. Porque ¿de qué vale empeñarse en un propósito independentista cuando los votos se los lleva el socio y los disgustos, los fracasos y las frustraciones el partido propio? ¿Está dispuesto Mas a sacrificar CDC, y de rebote también a CiU, con tal de persistir en un objetivo tan inviable como la consulta secesionista?
· ¿Está dispuesto Mas a sacrificar CDC, y de rebote también a CiU, con tal de persistir en un objetivo tan inviable como la consulta secesionista?
Por otra parte, en unas elecciones con tradicionalmente alta abstención, especialmente en Cataluña, el independentismo tendrá que demostrar que el proceso soberanista lo mantiene movilizado, avizor y presto en cada cita electoral. Si la abstención en Cataluña es igual o superior a la media española, entonces cabría dudar de la realidad sociológica de la que tanto se habla y acaso el diagnóstico catalán adquiriría otros perfiles. Todo lo que no sea una participación por encima del 65% en Cataluña, sería escasa y sintomática de que las cosas no son como parecen en aquella comunidad.
El cabeza de lista por ERC calificó la participación catalana en 2009 de “escándalo poco comprensible” por escasísima (El País del sábado pasado). Terricabras, a la intencional pregunta de si quiere ganar estos comicios, contesta: “Claro. Que gane la causa, el proceso soberanista”. ERC tiene miedo de vencer a Mas y que el “proceso” se venga abajo. No lo dice, pero lo demuestra con una campaña de bajo perfil, a salvo de la increíble utilización ayer de Pasqual Maragall en el mitin central de los republicanos. Se está produciendo en Cataluña una forma sutil de simulación. Junqueras se conformaría con un voto menos que CDC. Si gana su candidatura, puede desarbolar el entramado del proceso soberanista.
· ERC tiene miedo de vencer a Mas y que el ‘proceso’ se venga abajo. No lo dice, pero lo demuestra con una campaña de bajísimo perfil
Las europeas ya son, sea cual sea el resultado, un fracaso de la entente CiU-ERC. Un fracaso inexplicable, de increencia en el proceso. Un eje que hubiese apostado unitariamente por la independencia de Cataluña para formar un “nuevo Estado en Europa” obligaba a los unos y a los otros a una candidatura conjunta para proclamar rotundamente su aspiración de secesión. ERC y CiU no lo han conseguido.
En realidad, CiU y Mas han conseguido muy poco de los republicanos. Apenas la aprobación renuente de un Presupuesto para que Mas siga, aunque lo haga en precario y bajo sus dictados. Si en el 25-M las cifras electorales de Cataluña, no resultan espectaculares desde la perspectiva de los partidos independentistas, Mas tendrá un grave problema, después de que haya reconocido que, si el Gobierno no autoriza la consulta, tendrá que convocar elecciones plebiscitarias, hipótesis que no le gusta nada a los republicanos. Rajoy espera sentado en la puerta de la Moncloa.