«Nos mandan a los yihadistas que no quieren allí»: Turquía cruza acusaciones con Europa

 EL COFIDENCIAL 26/03/16

· Erdogan tilda a los Gobiernos europeos de incompetentes, pero Holanda ha publicado los avisos que envió Ankara sobre Ibrahim Al Bakraoui. No hay referencias a su militancia

¿Ha sido la Unión Europea la que ha permitido que Turquía se llene de yihadistas, o ha sido la tolerancia turca la que ha hecho que el monstruo crezca en sus fronteras meridionales? Desde que el pasado miércoles el Presidente turco Recep Tayyip Erdogan acusase a Bélgica y Holanda de haber ignorado la advertencia de que Turquía expulsaba a Ibrahim Al Bakraoui –que nueve meses después se ha convertido en uno de los suicidas del aeropuerto de Bruselas-, la polémica está servida.

“Estos gobiernos son totalmente incapaces. Habíamos arrestado a este individuo en Gaziantep. Le habíamos expulsado, enviado de vuelta. Estos señores no han hecho lo necesario en relación con ese terrorista”, volvió a insistir ayer el Presidente turco. Pero las invectivas de Erdogan obedecen, sobre todo, a motivos domésticos. “[Las autoridades belgas] autorizan a miembros de organizaciones terroristas separatistas a montar sus tiendas junto al Consejo de Europa. Permiten la exposición de retratos de terroristas. Dejas que sus banderas ondeen”, declaró ayer indignado.

Erdogan no se refería a los yihadistas del Estado Islámico, sino a los miembros de la guerrilla kurda del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), una organización considerada terrorista tanto por Turquía como por EEUU y la Unión Europea, pero con la que Ankara se encuentra sumida en una guerra cada vez más sangrienta. Las autoridades turcas llevan años quejándose de la supuesta tolerancia europea hacia el PKK. “Hermanos, el terrorismo no es problema de un solo país, sino del mundo entero. Hace falta que lo comprendan”, dijo Erdogan, que ahora parece estar disfrutando la oportunidad de devolverle la pelota a esos países.

Desde principios del pasado verano, el Gobierno turco insiste, por razones propagandísticas, en equiparar “todos los terrorismos”, culpando una y otra vez al PKK o su organización hermana en Siria, las milicias kurdas YPG, de todos los atentados que ocurren en Turquía. Varios, no obstante, han resultado ser obra del ISIS.

El Presidente turco no es el único que ha expresado sus quejas. En una entrevista con el diario británico “The Guardian”, varios altos funcionarios turcos han acusado a los países europeos de permitir la salida de yihadistas de su territorio con el objetivo de librarse del problema. “Sospechamos que la razón por la que quieren que esta gente venga es porque no los quieren en sus propios países. Creo que han sido muy perezosos y estado muy mal preparados, y han ido posponiendo el hacer frente a esto hasta que se ha convertido en crónico”, indicó un anónimo oficial de seguridad turco. La entrevista, señala el rotativo británico, tuvo lugar poco antes de los atentados de Bruselas, pero fue publicada ayer.

«Ya lo sabíamos, gracias»
Estas declaraciones coinciden con las realizadas por un alto cargo del Ministerio de Exteriores turco a este reportero hace un año. “Los servicios de inteligencia europeos no comparten información con Turquía sobre estos militantes, pero después de quejan de que no hacemos nada contra ellos”, dijo. “Turquía es un país que tiene frontera con Irak y Siria, y siempre ha habido gente que la cruza. No podemos investigarlos a todos”, indicó. “Por favor, pásennos información de inteligencia y nosotros les detendremos”, pidió el diplomático.

¿Un lamento sincero, o una forma de echar balones fuera? Hasta hace pocos meses era notoria la indiferencia de las fuerzas de seguridad turcas hacia las redes del Estado Islámico en su territorio, según un operativo de un servicio de información policial europeo contactado por El Confidencial. “Les pasamos información sobre los reclutadores, les decimos quiénes son, y se limitan a respondernos: ‘Ya lo sabíamos, gracias por vuestro interés’”, aseguró. Eso explica que el ISIS se pudiese permitir el lujo de emitir una guía titulada “Hégira al Califato”, en la que se facilitaban números de teléfono en Turquía para que miembros de la organización les ayudasen a llegar al territorio bajo control del grupo en Siria e Irak.

Todo cambió, asegura el operativo, después de que el Gobierno turco declarase la “guerra total al terrorismo” y empezase a actuar contra las redes tanto del ISIS como del PKK y otros grupos armados, como el marxista DHKP-C. “Fue como la noche y el día”, afirma este oficial. A ello contribuyeron varios sanguinarios atentados cometidos por la llamada “célula de Adiyaman” del Estado Islámico, compuesta por militantes turcos, en Suruç y Ankara, tras lo que se produjeron importantes redadas contra la estructura del ISIS en territorio turco. Eso, sin embargo, no ha servido para impedir los dos últimos ataques en Estambul, el de enero y el del pasado fin de semana, ambos dirigidos contra turistas.

Las críticas turcas, además, son menos sinceras de lo que pretenden. El Ministerio de Exteriores holandés ha publicado en su web, en holandés, inglés y turco, la carta informativa que recibió en el momento de la deportación de El Bakraoui. La misiva exacta “informa a la Embajada del Reino de Holanda en Ankara de que a [otro individuo cuya identidad se ha mantenido oculta] e Ibrahim El Bakraoui, un ciudadano belga nacido en [omitido], se les proporcionará una salida del Aeropuerto Sabiha Gökçen a Holanda/Amsterdam el 14 de julio de 2015 a las 10:40 horas en un avión de la compañía Pegasus, vuelo número PC671”. Ni una sola referencia a la supuesta peligrosidad del militante de la que ahora Erdogan pretende haber alertado a esos Gobiernos europeos “incapaces”.

Por lo pronto, ya se han producido varias dimisiones de alto perfil en el seno del ejecutivo belga. El Presidente turco juega con la ventaja de que los atentados de Bruselas han acabado produciéndose a pesar de los esfuerzos de unas fuerzas antiterrotistas belgas desbordadas: con 34 cadáveres encima de la mesa, cualquier defensa suena vacía.