RAÚL PIÑA-_El MUndo  

Ha dormido unas cinco horas. Noche larga de celebración. Ni ella misma imaginó que Ciudadanos ganaría las elecciones catalanas con 37 escaños. Puso 31 en la porra del partido. A media mañana, ya había hablado con Miquel Iceta, líder del PSC, y con el Gobierno, que le había llamado para felicitarla. No con Xavier García Albiol, del PP, que en el momento de la entrevista –mediodía de ayer– aún no la había felicitado. Viajará en Nochebuena a Jerez para pasar las fiestas con su familia y desconectar. Aunque el 21-D muestra un mapa político similar al anterior, Inés Arrimadas pide calma. Defiende que aplicar el artículo 155 de la Constitución y convocar elecciones era la única alternativa posible en Cataluña ante la deriva secesionista y pide paciencia para ver los movimientos de los independentistas. 

Pregunta.–Cataluña vuelve a la casilla de salida tras el 21-D. ¿Han merecido la pena las elecciones? 

Respuesta.–En primer lugar, ¿qué alternativa había? En segundo lugar, ¿de verdad estamos en la casilla de salida con un independentismo más fragmentado, con menos apoyos, con menos escaños y menos apoyo internacional? Creo que no había mejor alternativa y no hemos vuelto a la casilla de salida. 

P.–¿Es una victoria agridulce?

  R.–Es una victoria que no tiene los efectos inmediatos que nos gustaría. Pero cuando pasen unos días veremos con más perspectiva lo que ha pasado. Entiendo que la gente quiera una solución rápida en 15 minutos, pero es que lamentablemente 30 años de nacionalismo no se solucionan en una jornada electoral. 

P.–¿Le ha sorprendido más su histórica victoria o los malos resultados de PSC y PP? 

R.–Esperaba que el bipartidismo [PP y PSOE] tuviera un par de escaños más y poder sumar una mayoría. Eso sí me ha sorprendido. 

P.–¿Cree que los independentistas se pondrán de acuerdo para formar Gobierno? 

R.–Vamos a verlo. Hay que ser prudentes. A ver qué hacen, porque no tienen una situación fácil. Hacen muchos discursos, pero están vacíos de contenidos. La candidatura de Puigdemont es sólo por Puigdemont, no tiene ni equipo, ni proyecto, ni plan de Gobierno, ni tienen nada. Vamos a ver cuánto tiempo son capaces de mantener la mentira y la irrealidad del procés. 

P.–Las últimas dos elecciones autonómicas han deparado dos resultados muy similares. ¿Hay solución? 

R.–Pero ha habido un cambio muy importante: la primera fuerza política en Cataluña es Ciudadanos, una fuerza constitucionalista. Eso, de cara a la visibilización de que no hay una mayoría social en Cataluña a favor de la independencia, es fundamental. Quiero recordar que hasta hace unas semanas estos señores [los independentistas] hablaban en nombre de Cataluña y se iban a Bruselas y decían que Cataluña quería la independencia y que tenían un problema con España. Hoy se han eliminado las dudas: no es un problema entre Cataluña y España, es un problema entre catalanes. Y esta victoria clarísima de Cs y la pérdida de apoyo del independentismo ayuda a que se visibilice lo que ocurre aquí. 

P.– ¿Qué supone la victoria de Ciudadanos en la política nacional? 

R.–No es tanto si este resultado va a provocar un cambio en el resto de España, como que ya seamos un síntoma de lo que está pasando en el resto de España. Nosotros tenemos un proyecto que ilusiona, de centro, que no tiene complejos a la hora de defender España y que es para todos los españoles. El resultado en Cataluña es el primer reflejo. Aquí, por primera vez, se ha visto que el bipartidismo ya no puede responder a los problemas del siglo XXI. 

P.–¿El 21-D es una derrota de Mariano Rajoy? 

R.–No haría ese tipo de lecturas. Los viejos partidos tienen que plantearse qué proyecto de España quieren, porque ya no pueden vivir de las rentas del pasado o de las siglas. Ciudadanos lo ha demostrado. Hay que tener un proyecto ilusionante para todos los españoles. Lo tenemos y lo defendemos sin complejos en Cataluña igual que en Andalucía o Madrid. Estos partidos tienen que replantearse por qué en unas circunstancias como éstas tienen el peor resultado de su historia. 

P.–¿Y es una derrota de la aplicación del artículo 155 de la Constitución?

  R.–No lo veo así. Hay una mayoría social que no apoya la independencia y no había otra alternativa. La otra opción era dejarles que siguieran haciendo lo que quisieran. No era una alternativa. La solución del 155 más las elecciones era la mejor dentro de las que había. Era la menos mala. 

P.–¿Pero no cree que se ha demostrado una solución precipitada? 

R.–No era una solución mágica, pero ¿qué alternativas mejores había? Si alguien me plantea una alternativa mejor, la podemos discutir. Pero no la hay. Hemos hecho lo mejor que podíamos hacer en una situación muy compleja. El problema es cómo los viejos partidos del bipartidismo han dejado llegar a Cataluña a esta situación. Cómo seguían pactando hasta hace cuatro días con los Pujol. Hasta hace poco, el PSC formaba parte de un tripartito en el que cedía a ERC los medios de comunicación y la educación. Quizás la pregunta no es por qué no hemos podido solucionar todo ayer, sino cómo hemos dejado que en 35 años llegáramos donde hemos llegado. Por qué los viejos partidos han salido en Cataluña siempre a copiar a los nacionalistas y a pactar con ellos. Nosotros hemos salido a ganar, y les hemos ganado. 

P.–¿Cómo tiene que actuar el Gobierno a partir de hoy?

  R.–Lo que se tiene que plantear es un proyecto de reformas para España. 

P.–¿Cree que no lo tiene? 

R.–Yo no creo que tenga un proyecto ilusionante para todos los españoles. 

P.–Cuando hable con el Gobierno, ¿qué le va a decir? 

R.–Ya me han llamado; me han felicitado y lo agradezco. Nosotros nunca hemos engañado a nadie y hemos sido capaces de dar estabilidad al Gobierno de Mariano Rajoy porque era necesario o nos íbamos a terceras elecciones. Nosotros somos el partido de la estabilidad. Pero siempre hemos dicho que Rajoy no puede liderar una etapa de ilusión y de reformas en España. La mejor persona es Albert Rivera, pero como los resultados son los que son, damos estabilidad a cambio de reformas. Ciudadanos es premiado en las urnas por hacer todo esto. 

P.–¿Habrá Gobierno independentista o nuevas elecciones? 

R.–No lo sabemos. En Cataluña siempre puede pasar de todo. Así que prudencia, calma. Ciudadanos va a estar al pie del cañón. Vamos a esperar a ver qué hacen los partidos independentistas, porque cabría esperar que vuelvan a buscar un acuerdo. Vamos a ver si lo logran y si siguen por el mismo camino. 

P.–¿Facilitará Cs que el PP pueda tener grupo propio en el Parlament [cediéndole dos diputados] o subgrupo parlamentario [los resultados les abocan al Grupo Mixto con la CUP]?

R.–Ni siquiera me ha llamado Albiol para felicitarme. No creo que sea el momento de hablar de eso. El hundimiento del PP en Cataluña fue el chascarrillo entre los dirigentes de Ciudadanos tras el 21-D. Recordaban los ataques sufridos por parte de los populares y sonreían al preguntarles si les ayudarían a formar grupo propio para no tener que compartir el mixto con la CUP. Las elecciones catalanas son una palanca con la que Cs intentará desgastar al PP para sacar rédito nacional de su éxito político en Cataluña.  Sin tiempo para lamerse las heridas, Albert Rivera avanzó ayer cuál será su munición política a nivel nacional. «Esta legislatura tiene un problema: el independentismo. Y obviarlo no es la solución», dijo ayer en referencia a Rajoy. «Nosotros lo tomamos en serio. Han construido un mensaje de supremacismo y el Gobierno de España no le dio la importancia que merecía. Por eso el PP sacó tres escaños».  Rivera afeó el «inmovilismo» de Rajoy y diagnosticó que España «demanda un nuevo proyecto de país» distinto al del PP. Para el líder de Cs, lo sucedido es una evidencia del «agotamiento del bipartidismo».