Santiago González, EL MUNDO, 11/4/12
En El informe Pelícano, uno de los fontaneros de la Casa Blanca le decía al presidente:«Señor presidente, tiene que hacer una declaración.Le recomiendo un suéter; a estahora de la mañana la chaqueta y la corbata quedan poco naturales». A lo que el presidente respondía: «Estoy a punto de hacer una comunicación trascendente a la nación ¿y usted quiere que la haga en jersey?».Nuestro presidente del Gobierno debió hacerse una pregunta análoga: «Voy a anunciar un recorte de 10.000 millones en Sanidad y Educación, ¿y lo voy a hacer en una nota de prensa?» Debió pensar también que en el umbral de la campaña electoral que lo llevó a la Presidencia, dijo en Punto Radio: «Yo le voy ameter la tijera a todo, salvo a las pensiones públicas, (…) a la Sanidad y la Educación, donde no quiero recortar los derechosde los ciudadanos».
Romper una promesatan categórica exige buenos motivos, que los hay, y explicar a la peña cómo está el patio,que los presupuestos aprobados 10 días antes se han quedado antiguos, etc. Hacía falta un discurso a la nación. Una comparecencia extraordinaria ante el Congreso o una entrevista más extraordinaria si cabe en lo de Ana Pastor, que en TVE no tiene el PP ni siquiera mayoría simple. Y en lugar de eso despachó el asunto con una nota protocolaria. «Reunión del presidente del Gobierno con su equipo económico», se titulaba genéricamente, con un ladillo pormenorizador:«Reunión con los ministros de Sanidady Educación». La noticia era el qué, no el con quién, y eso venía en la última frase, como sin querer, de tapadillo: «El ahorro previsto superará los 10.000 millones de euros».Habría razones: España no es Grecia, pero si se fijan, Andalucía se parece mucho al Peloponeso. Estamos al borde del rescate y mi deber es hacer lo posible por evitarlo.Cuando digo ajustes en Educación quiero decir un recorte de tres puntos en el PIB por habitante dedicado al tema. Pretendo bajarlo del 27% al 24%, que es lo que dedica Finlandia a su sistema educativo, para alcanzar su mismo nivel de eficacia y eficiencia, y disputarle el primer puesto de los países de la OCDE en el próximo informe PISA. Y así.
Bueno, pues después del anuncio, la prima de riesgo rebasó ayer los 430 puntos,como en los últimos días de Zapatero,cumpliendo en cierto modo uno de sus pronósticos: ¡en algo hemos superado a Italia! Para tranquilizar a los mercados, había que recortar en voz más alta y con maneras más solemnes.Una comparecencia presidencial, ya digo, no la espantada de ayer ante la prensa,vía garaje del Senado. Cabe la posibilidad de que los inversores no se hayan enterado del nuevo y discreto ajuste. Aunque al PP no le guste el cine de Pakula, habrá algún democristiano en el entorno de Rajoy, alguien para recordarle el sabio consejo del evangelista Mateo: «No se enciende una lámpara para ponerla debajo del celemín, sino sobre el candelero, para que alumbre a todos los que están en la casa».
Santiago González, EL MUNDO, 11/4/12