Ada Colau ha impuesto una segunda sanción a la asociación que instaló una pantalla gigante para seguir en la plaza de Cataluña de Barcelona el partido de la Eurocopa que enfrentó a España e Italia.
Si en agosto el Consistorio decidía imponer una multa de 3.300 euros –que quedó reducida a 1.155 por pronto pago– a Barcelona con la Selección por organizar el evento sin las medidas de seguridad requeridas, en esta ocasión el Ayuntamiento castiga el haber instalado la pantalla gigante sin licencia.
El expediente sancionador, que ha podido consultar este diario, fija una multa de entre 3.300 y 6.600 euros.
El Ayuntamiento no concedió permiso a Barcelona con la Selección para colocar la pantalla gigante en la vía pública y la asociación decidió pedir un permiso de manifestación a los Mossos d’Esquadra para poder concentrarse y visionar el partido junto a centenares de aficionados. La Guardia Urbana de Barcelona levantó acta de lo sucedido y el resultado son las sanciones que ahora se están notificando.
Esta segunda sanción aumenta el enfrentamiento entre Barcelona con la Selección y el Ayuntamiento, ya que además de multar a la plataforma, el Consistorio ha rechazado personarse como acusación particular contra los agresores de las dos integrantes de la organización que fueron atacadas mientras promocionaban la instalación de la pantalla en una carpa situada en el barrio barcelonés de Sant Andreu. El teniente de alcalde Jaume Asens llegó a negar hace unas semanas que la agresión física se hubiera consumado para defender que el Consistorio no se implique en la causa judicial contra los atacantes, cuando la Fiscalía tipificó la agresión como un delito de odio y los Mossos d’Esquadra constataron que las víctimas fueron, efectivamente, agredidas.
Barcelona con la Selección se mostró ayer indignada con la actuación del Consistorio y criticó la «bajeza moral» del concejal Asens, antes de aclarar que pagarán la sanción «como una muestra más de apoyo a la selección española».
Mientras se conocía esta nueva represalia contra los aficionados del combinado nacional, Colau tuvo que abortar el intento de boicot que un grupúsculo independentista lanzó contra el pregonero de las fiestas patronales de la ciudad, el escritor Javier Pérez Andújar, por haber definido en un artículo la manifestación de la Diada de 2014 como un «parque temático independentista».
Colau reivindicó unas fiestas de la Mercè «inclusivas, donde nadie se sienta discriminado». «Unas fiestas donde quepa todo el mundo», dijo la alcaldesa, para zanjar: «Catalanes, todos; barceloneses, todos».
Mientras, el «antipregón» secesionista fracasaba al congregar a poco más de dos centenares de personas.