JOSÉ MARÍA CARRASCAL – ABC – 13/04/16
· La última súplica (¿o es la penúltima?) de Sánchez a Iglesias indica que aún abriga la esperanza de que le permita ser presidente.
Que Carles Puigdemont haya solicitado entrevistarse con Mariano Rajoy me parece bastante más importante que un gesto protocolario. Hasta ahora, el president de la Generalitat había mantenido una altiva distancia del presidente español, en la línea del que cree que, más pronto que tarde, tendrán igual categoría. Que se haya bajado de ese pedestal y busque un encuentro que habían mantenido todos sus predecesores en el cargo indica, primero, que piensa que habrá nuevas elecciones en España. Segundo, que cree que Mariano Rajoy continuará en su cargo.
De lo primero hay abundantes muestras. No ha empezado todavía la campaña electoral, pero ya estamos metidos de lleno en ella. Lo demuestra que se acabaron las carantoñas y empiezan las bofetadas. A Podemos le llegan por todas partes –«irresponsable» es lo más suave que le llaman; «traidor», lo más fuerte–, mientras al PP le acusan desde inmovilista a pérfido, con todo lo que hay en medio.
El PSOE tapa su fracaso de investidura con sus esfuerzos para formar gobierno, olvidando el tiempo, el dinero y el humor perdidos en un empeño que desde el primer día se demostró inútil. No cuadraban los números. Y Ciudadanos sigue implorando ayuda al PP para que un Pedro Sánchez presidente desmonte cuanto Rajoy ha hecho en sus cuatro años de mandato, sin darse cuenta de la incongruencia y de que estamos ya en fase distinta a la que estábamos hace un mes. O tres.
Todo un circo, aunque el Rey haya querido darles otra oportunidad los días 25 y 26 de este mes, para que le digan si alguno de ellos dispone de una mayoría suficiente para ser investido. Ninguno la tiene, aunque la última súplica (¿o es la penúltima?) de Sánchez a Iglesias indica que aún abriga la esperanza de que se conmueva o arrepienta y le permita ser presidente. Pero Pablo tiene el corazón de piedra, aparte de que su verdadero objetivo es devorar al PSOE, no ayudarle.
Si vamos a tener elecciones, me preguntarán ustedes, ¿por qué no las celebramos ya? Pues porque hay que respetar las normas y los tiempos marcados. La democracia es también eso. Y ya que no pueden acortarse las dos semanas prescritas de campaña electoral, lo que sí podría hacerse es abaratarla con un pacto de caballeros en el que la segunda semana no hubiese mítines multitudinarios. A fin de cuentas, bastaría la primera para oír todos sus eslóganes. O, muy posiblemente, los hayamos oído ya. Pero ¿se respetaría el pacto? Dicho de otro modo: ¿son unos caballeros? Prefiero no contestar. Los conocemos mucho mejor que en el 20-D
Respecto a los resultados, el PSOE ha salido al paso del rumor sobre la vicepresidencia que Rajoy planea ofrecer a Sánchez. «Que se la guarde», ha dicho su portavoz parlamentario, Antonio Hernando, mostrando tanto miedo a rechazarla como a que sea cierto. Lo mismito que Puigdemont.
JOSÉ MARÍA CARRASCAL – ABC – 13/04/16