Braulio Gómez-EL Correo

  •  Los dos grandes partidos coinciden en hablar de pulsión generacional, de nuevos problemas para los que la gente de su generación tienen más preguntas que respuestas

Si se celebrasen elecciones mañana con Iñigo Urkullu como candidato, el PNV volvería a ganar perdiendo dos escaños por el camino del gobierno y el PSE tendría un parlamentario más que hace cuatro años. La película que cuenta el último Sociómetro del Gobierno vasco sería muy parecida a la de hace cuatro años, con el Ejecutivo de coalición sufriendo un mínimo desgaste y con EH Bildu reforzando su frente amplio de diputados a costa del espacio vaciado de Podemos que no termina de llenar Sumar.

Esta película ha cambiado el reparto al final del rodaje y los dos actores principales y rivales serán sustituidos por otros más jóvenes. Todavía es pronto para saber cuál va a ser el impacto y si mejorarán las expectativas que tenían sus mayores.

Los dos principales partidos están ayudando a crear un contexto de relevo generacional en Euskadi a través de las explicaciones que están dando a sus cambios de liderazgo. Los dos coinciden en hablar de pulsión generacional, de nuevos problemas para los que la gente de su generación tienen más preguntas que respuestas. De que las transiciones digitales, medioambientales y sociales se están llevando por el camino sus tradicionales cajas de herramientas políticas. En su socialización con la política no estaba ni la inteligencia artificial, ni la lucha contra el cambio climático, ni las crisis de los cuidados y sus consecuencias. También reconocen que no saben muy bien con qué ingredientes crean los más jóvenes su identidad vasca. Lo que tienen claro los dos partidos es que están muy perdidos. Se trataría de abrir paso a una nueva generación que quiere hacer las cosas de otra manera y que tendría más probabilidades de representar los valores emergentes de la sociedad vasca.

Si este marco de recambio generacional que están construyendo los dos principales partidos es el que caracterizará a las próximas elecciones vascas, en 2024 tendría que haber un cambio radical en la agenda pública vasca cuando estén los dos candidatos a lehendakari de los dos partidos nacionalistas vascos confirmados y proclamados. Su nivel de desconocimiento popular les permitirá construir su identidad y liderazgo alrededor de los temas e ingredientes que prioricen en sus primeros discursos.

Como la película electoral del último Sociómetro ya no sirve, vale la pena que nos fijemos en el anterior estudio que hizo en noviembre el Gabinete de Prospección Sociológica del Gobierno vasco para poder encontrar cómo vive la opinión pública vasca uno de esos temas emergentes que deberían empujar los líderes del relevo generacional.

Dedicado a crisis climática, la economía circular y la gestión de residuos, nos recuerda que para el 93% es bastante o muy importante el cuidado del medio ambiente para tener una buena calidad de vida y que el 95% de la ciudadanía vasca cree que es imprescindible reducir el consumo en nuestra sociedad para reducir el deterioro del medio ambiente.

En el Parlamento vasco les toca ahora la tramitación de la ley para la Transición Energética, una buena oportunidad para poder ver qué modelos proponen y defienden los nuevos líderes que tendrán que dedicar buena parte de su tiempo en el futuro al principal tema emergente de su generación.