Patxi López ha negado con impresionante brío que el PSOE pueda apoyar a Bildu para gobernar el País Vasco y lo ha hecho precisamente después de apoyar a Joseba Asirón, el candidato abertzale, para la alcaldía de Pamplona. “No, en absoluto”, ha respondido al ser preguntado por el tema y calificó el infame acuerdo para el Ayuntamiento de la capital navarra como “un acuerdo puntual”. Patxi, ¿tú sabes lo que quiere decir absoluto y puntual?

El secretario general de los socialistas vascos, Eneko Andueza, que intelectualmente pertenece a la escuela Patxi López, quizá un punto menos brillante, dijo el 23 de octubre pasado: “El PSOE no va a hacer lehendakari a Otegi ni a ningún candidato de EH Bildu; ni va a negociar un gobierno con Bildu”. Faltaban menos de dos meses para que el PSOE y EH Bildu acordaran la moción de censura que ha entregado a Asirón el bastón de mando de la Alcaldía de Pamplona. Andueza volvió negar al día siguiente de que conociésemos el pacto. Es verdad que el propio Andueza abrió después la posibilidad de pactar con Bildu según los resultados de las próximas elecciones: “El tiempo dará las claves de si estamos preparados para cosas grandes”, dijo a mediados de noviembre.  Lo habría expresado de forma más brillante con una cita del jefe: Según sean los resultados, “habrá que hacer de la necesidad virtud”.

Nunca digas nunca jamás, dijo James Bond. Esta pareja de mindundis abreva en las fuentes de su líder y no tiene empacho en negar acuerdos con Bildu después del indecente magreo de Pamplona. Se han repetido hasta la saciedad las palabras de Pedro Sánchez sobre el tema, pero hay que insistir una vez más en honor a la verdad: “El único partido con el que no vamos a hablar y no vamos a entablar ese diálogo es con el partido de Bildu. No, yo con Bildu no me voy a reunir. Le estoy diciendo que con Bildu no vamos a pactar. Si quiere se lo digo cinco veces, o veinte durante la entrevista. Con Bildu no vamos a pactar. Con Bildu, se lo repito, no vamos a pactar. El Partido Socialista en Navarra y el PSOE tenemos la misma posición y es que con Bildu no se acuerda nada”. Le faltó matizar: Salvo mi investidura y la alcaldía de Pamplona a la que aupamos al candidato de Bildu. Lo uno era el precio de lo otro. O uno de los precios. Soy yo el que ha votado a Txapote en Pamplona, debió añadir.

Pedro Sánchez es el gobernante más infame que ha tenido España desde Fernando VII. Felón II podríamos llamarle y lo único que estaría en cuestión es la preposición ‘desde’. Él haría suya con toda naturalidad aquella célebre expresión del Felón I: “Marchemos francamente, y yo el primero, por la senda constitucional”. Hubo algo, sin embargo, en lo que Felón II supera la indecencia del primero: Fernando VII no puso en cuestión la unidad de España, mientras Sánchez eligió como aliados a todos los que la quieren rota. Fernando VII tampoco cuestionó la Monarquía. En cambio, Sánchez apoyó a todas las fuerzas republicanas de la todavía democracia española. Hay algo en favor de Sánchez: es más guapo. Para competir en apostura con Fernando VII, ha tenido que poner al frente del Constitucional a Cándido Conde-Pumpido.