- González Pons pide al Papa que nombre preladas como las de los anglicanos
Iñaki Ezkerra-El Correo
La derecha española vive momentos de desconcierto. Entre un PSOE judicialmente cercado que no se va ni con agua hirviendo, el triunfalista regreso de Trump y la guerra en Ucrania, que alista a Feijóo con el sanchismo y a Abascal con el putinismo, su desorientación ha llegado a máximos. Pero, cuando esa crisis de ubicación más se ha agravado y parecía que estaba todo perdido, surge de pronto un líder, un hombre con las ideas claras que ve más allá que los otros, un visionario sin complejos. Hablo, sin duda, de Esteban González Pons, que le ha pedido al Papa que nombre obispas como las que tienen los anglicanos. Al eurodiputado y vicesecretario institucional de los populares no le ha temblado el pulso y ha puesto el dedo en la llaga de lo que necesita su partido para hacer verdadera oposición al Gobierno y recobrar la mayoría absoluta de sus buenos tiempos: una obispa católica. Resulta obvio que, con esa brillante idea, el PP va a arrasar en las próximas elecciones generales. Va a haber piñas para votarles. Sánchez ya se puede echar a temblar.
Hay quien se pregunta qué obispa le ha picado a González Pons para salirnos con esa genial ocurrencia, con esa propuesta ultraestratosférica, con esa pata de banco. Y la respuesta es Mariann Edgar Budde, la prelada anglicana que le ha pedido a Trump clemencia para los migrantes y ‘elegetebés’. «Una obispa así quiero yo», se titula el reciente artículo en el que el prócer del PP interpela al Sumo Pontífice y en el que hay quien ve un claro atentado contra su delicada salud.
González Pons quiere una obispa como Mariann Edgar o matar al Papa directamente. Pero lo más inquietante de su columna es cuando se mete a profeta y a conciencia pensante del destino de Occidente; cuando sitúa el presente en «una edad posteuropea» generada por el envejecimiento poblacional, la crisis climática, la deshumanización tecnológica y la brecha sanitaria entre ricos y pobres, como si estos últimos no tuvieran otras brechas que no son las de la sanidad. González Pons define a Trump como «un emperador cuyo poder se basa en el caos circundante». Pero a la vez él traga con todos los tópicos que han creado ese caos: con el buenismo que ha generado en Francia los guetos de la masiva inmigración teocrática y con el verdismo que ha llevado a Alemania a sabotear su industria automovilística mientras las grandes potencias se burlan del peligro del CO2. González Pons lamenta la longevidad europea cuando esta es producto de un avanzado sistema de salud pública y cuando es la ausencia de ‘tecnología deshumanizada’ lo que aumenta la mortalidad. ¿Qué es la posteuropa?, dices mientras clavas en mí pupila tu pupila azul. ¿Qué es la posteuropa? ¿Y tú me lo preguntas? La posteuropa eres tú.