Obispos satánicos

EL MUNDO 26/06/17
F. JIMÉNEZ LOSANTOS

TRAS LA discutible Conversión de Rusia, anunciada en Fátima a los pastorcillos, ayer me pareció entrever una apariencia de conversión a la fe católica en el más esforzado paladín histórico madrileño del separatismo episcopal catalán, nuestro distinguido cronista religioso José Manuel Vidal. Siempre me pareció injusto que hubiera más alegría en el cielo por la conversión del hijo pródigo que por la formalidad de los demás, pero en este caso me siento veterotestamentario: he padecido tantos años el fuego cruzado de Vidal y La Vanguardia contra Rouco y la COPE, en favor del corrupto nacionalismo pujolista de Sistach, que me alivia verlo camino de salvar su alma, aunque para los antiguos griegos fuera sólo un hueso más.

En efecto, los obispos en Cataluña han adoptado la no sólo herética sino satánica y anticristiana doctrina separatista y xenófoba del apartheid contra más de la mitad de los catalanes y todos los católicos españoles. Lo hicieron hace décadas, cuando Vidal los defendía, pero ahora van a romper la Conferencia Episcopal española, y eso moviliza a los zuavos de Añastro. Si como decía ayer Vidal, el Papa se ha puesto de perfil, me confirmo en la sospecha de la presencia satánica en el Vaticano, pero nada que un buen exorcista no pueda remediar. Por ejemplo el Padre Fortea, compañero de Vidal en sus aceifas contra este humilde pecador, no demasiado humilde, la verdad, pero porque era muchísimo menos pecador que sus inquisidores.

Sin embargo, le sugiero a Vidal que no incurra en el satánico vicio de hablar de «su lengua» cuando hable del catalán en Cataluña, porque esa es sólo una de las dos lenguas oficiales y la mayoría de los católicos, cuando iba a misa, hablaba la otra: el español. El catalán no es la única lengua de los catalanes ni el nacionalismo la única ideología. Sólo la posesión diabólica de sus cardenales y obispos puede haberlos convertido en adalides del odio, la exclusión y la mentira, las virtudes antiteologales que rigen en esa infecta dictadura. Y la «inculturación» de la que habla es otra herética doctrina de los odiadores de Montserrat, que también han tomado Poblet. Se trata de aculturar a los que hablan español o se sienten españoles y católicos. ¿Qué se sentirá el turolense Omella?

La herejía trespercentista es lo que ha vaciado las arcas y las iglesias.