Juan Mari Gastaca, EL PAÍS, 18/12/11
La coalición ‘abertzale’ basará en la «normalidad del día a día» su eje estratégico – Buscará atraer al resto de la abstención aún existente tras la ruptura PNV-EA
«Nosotros no tenemos que mirar por el retrovisor a nadie». Así, con esta intencionada alusión a la inquietud que se asocia en medios políticos a algunos planteamientos del PNV en función de la sólida irrupción electoral de Bildu, esta coalición abertzale, instalada ya sin excesivos agobios en el poder institucional de Gipuzkoa y fortalecida por los resultados del 20-N, afronta a partir de ahora el camino que le separa de su próximo reto: ganar las autonómicas del País Vasco, cuyo adelanto exige.
Frente a este desafío, los soberanistas dejan bien claro que «estamos preparados para gobernar en Lakua», aunque son conscientes, al mismo tiempo, de que el PNV «será capaz de todo para impedirlo, aunque nosotros siempre procuraremos la acumulación de fuerzas». Más aún, si el próximo Parlamento vasco dispusiera de una mayoría nacionalista, la izquierdaabertzale tiene muy claro que la propuesta del derecho de autodeterminación «se presentaría de inmediato». La independencia, su sueño.
Hasta entonces, según coinciden más de uno de sus dirigentes, van a adecuar su actuación en las instituciones con la «normalidad que aporta la política del día a día». Incluso, uno de ellos aporta el método: «haciendo en cada sitio donde gobernemos aquello que tengamos que hacer en base a nuestra política, como ha ocurrido con el tema de la fiscalidad en Gipuzkoa».
En su análisis, desde Bildu entienden que «cuanta más normalidad exista, mucho mejor para nosotros y para todos». Es por ello que escenarios de acuerdos con diferentes como los registrados esta semana en las Juntas Generales de Gipuzkoa «demuestran que cuando gobierna Bildu ni hay caos ni hay protesta, sino que hay normalidad». Entre los portavoces abertzales consultados por este periódico hay quien reconoce que «incluso algún sondeo que se ha hecho a nivel de calle habla de que en San Sebastián la aceptación de la gente por lo que se está haciendo desde el Ayuntamiento es mayor a la que se esperaba».
Pero el significado de los acuerdos con PNV y PSE-EE contiene otro elemento determinante por cuanto la coalición soberanista entiende que «se difuminan las posibilidades de que puedan estar pensando en una moción de censura». En realidad, los excelentes resultados de Amaiur en las elecciones generales del 20-N ya transmitieron entonces por la médula de Bildu la sensación de que se antojaba «muy difícil» que el resto de las principales fuerzas se pusieran de acuerdo en Gipuzkoa para articular una reprobación. De hecho, los jeltzales y, especialmente, los socialistas, ahora socios puntuales de los abertzales, habían mostrado una especial dureza con los métodos de gestión del equipo de Martin Garitano y de una manera especial por sus relaciones con la oposición en las Juntas Generales. A su vez, estos acuerdos neutralizan de rebote las posibles críticas de PNV y PSE en relación a Bildu.
Así las cosas, desde la izquierda abertzale se entiende que la sociedad ya puede visualizar, en este arranque de legislatura, las líneas generales de cuál es su metodología, que en opinión más interpretativa de otro de los integrantes de Bildu se basa «especialmente» en la «confrontación de proyectos, donde nosotros marcamos un perfil claro y buscamos el acuerdo».
Bajo este marco de actuación, los soberanistas planifican el calendario que les resta hasta las próximas elecciones autónomicas en Euskadi, que, a su juicio, «deberían adelantarse porque Patxi López está sobre un Gobierno muerto, en un Parlamento que no representa la voluntad de un pueblo, como han dicho las últimas elecciones».Pero sobre este adelanto electoral, la coalición abertzale no imprime la misma contundencia que viene empleando el PNV prácticamente desde los comicios locales del 22-M. En realidad, están mucho más volcados en exigir a los Gobiernos de Madrid, sobre todo, y Vitoria el cumplimiento de los acuerdos de la Conferencia de Aiete. «Hasta ahora solo se ha cumplido el primero y quedan todos los demás», en referencia a las exigencias que acompañan a la renuncia de ETA al uso de los métodos violentos.
Desde Bildu, no obstante, se aprecia «demasiada frialdad» por parte del PP -al margen de la resolución sobre el grupo parlamentario en el Congreso- en atender las recomendaciones pactadas en San Sebastián sobre la articulación del nuevo escenario político de Euskadi. Es aquí donde los abertzales apelan de nuevo al PNV para que «se atreva» a dar «de una vez el paso» en la propuesta que «tiene siempre encima de la mesa», recuerdan, sobre «la acumulación de fuerzas soberanistas».
En Bildu, pese a los contactos intermitentes con los nacionalistas, hay «pesimismo» cuando se les plantea qué posibilidades reales existen sobre un futuro encuentro de ambos sectores, convertidos de momento en rivales ante las urnas. «Es que no sabemos cuál va a ser su postura final cuando lleguen las autonómicas, pero ellos (PNV) sí tienen claro cuál va a ser nuestra posición», recuerdan desde uno de los partidos integrados en la coalición independentista.
En su cuadro de situación, Bildu entiende que se van dando «las condiciones necesarias» para que «una opción de izquierdas y abertzale» pueda «ganar» unas elecciones autonómicas en Euskadi. Incluso, hay quien tiene localizado el granero de votos suficiente para dar este vuelco a la dinámica del tradicional triunfo jeltzale. «Tenemos que recuperar esos 50.000 votos que ahora mismo están en la abstención y que en su día formaron parte de las 170.000 personas que dejaron de votar a la coalición PNV-EA cuando dejaron de presentarse juntos». Para este dirigenteabertzale, en las últimas elecciones «Bildu y Amaiur se han ido nutriendo de esa gran bolsa que se había quedado en su casa y de la ahora mismo pueden quedar unos 50.000».
¿Y gobernar en Lakua? «Desde luego, estamos preparados», advierte un portavoz de la izquierda abertzale cuando se le plantea esta posibilidad. «Otra cosa es en qué condiciones se pueda gobernar», añade con rapidez, consciente de la convulsión política que provocaría de inmediato, principalmente desde el PNV, como asumen en la propia coalición. «Habría que ver cómo está el PNV y si le interesa realmente alcanzar un gobierno que plantee las exigencias del pueblo vasco, porque hasta ahora lo único que vemos es que puede estar dispuesto a hacer alianzas hasta con el PP», recuerda este portavoz.
En la izquierda abertzale sostienen que pueden ser «la primera fuerza» en las próximas autonómicas en base a que «nuestro proyecto va cogiendo fuerza y está siendo reconocido como se ha visto en las dos últimas elecciones». Y a partir de ahí asumen que «volverá a surgir el discurso del miedo, como se ha hecho en Gipuzkoa», aunque frente a ello esgrimen que «ya se va viendo la labor en los ayuntamientos y allá donde gobernamos».
¿Y el candidato? Estas mismas fuentes descartan que no les interese acompañar al PNV en la petición de un adelanto electoral a la espera de que se adopte una resolución judicial que permita la puesta en libertad de Arnaldo Otegi y así convertirse en su candidato a lehendakari. «Lo del Gobierno del PSE es insostenible y claro que estamos por el adelanto de las elecciones, pero la situación de Arnaldo Otegi solo tiene que ver con una situación de injusticia a la que se le está sometiendo».
En realidad, dentro del debate político en este sector sobre el reto que siempre significan unas elecciones, la figura del principal candidato no representa «una obsesión», porque «siempre hemos dicho que nos movemos por un proyecto, por una acumulación de fuerzas independentistas y que no nos marcamos plazos, sino que vamos viendo cómo se va asentando en nuestro pueblo», dice un dirigente de la coalición. Además, y posiblemente en base a las recientes experiencias en las urnas, en este movimiento han llegado a la conclusión de que «si no puede ser Otegi, existen otras opciones, como hemos demostrado, pero siempre actuarán bajo el mismo proyecto», remarca con intención.
En realidad, cuando este diario le plantea al portavoz de la izquierda abertzale sobre el interés real en la opción de Otegi como futuro cabeza de cartel, la respuesta va encaminada especialmente a abordar «la injusticia de su situación», porque «si ahora disfrutamos de la situación que tenemos es precisamente porque personas como Arnaldo y otros que siguen encarcelados han apostado por este escenario».
En el resto de la coalición se comparte esta sensación, especialmente por parte de personas que mantuvieron con Otegi «muchas reuniones en las que se fueron debatiendo este nuevo escenario y, sin embargo, no estamos en la cárcel». Se trata de una línea de pensamiento que voces significadas de la coalición comparten cuando se les pregunta por el factor desequilibrante que supondría la presencia como candidato alehendakari del exportavoz abertzale, ahora encarcelado. Pero hay una cierta dosis de pesimismo. «Retrasarán la revisión de su situación para que no pueda quedar en libertad», intuyen.
Juan Mari Gastaca, EL PAÍS, 18/12/11