EL MUNDO – 20/06/16
· Coches customizados. Furgonetas pancarta. Globos. Abanicos. Sombreros. Camisetas naranjas. El mitin más importante de la campaña. Y en mitad del mitin más importante de la campaña, Juan Carlos Girauta, cabeza de lista de Ciudadanos por Barcelona, cogió la guitarra y cantó Mediterráneo. El Comité Ejecutivo, con Albert Rivera al frente, hace los coros. La imagen refleja el estado de ánimo de Ciudadanos en la campaña: festivo. Alegría. Consideran que el peligro de un desplome se ha evitado. Su lectura de las encuestas es que tienen su propio espacio, que se moverán en los resultados del 20-D y que el objetivo es crecer captando a los indecisos moderados, los descontentos con Mariano Rajoy y Pedro Sánchez.
«Estamos mejor que al principio de la campaña», resumen desde el equipo de campaña de Albert Rivera. En el cuartel general de la formación emergente eran conscientes de que el mayor riesgo era quedar desubicados, no tener sitio, y que comenzara la pérdida de confianza de los electores. Una caída que desdibujara su papel y lo apartara del foco de la gobernabilidad.
La actuación de Rivera en el debate a cuatro, las diferentes encuestas publicadas y su mensaje radicalizado contra Mariano Rajoy y Pablo Iglesias creen que han mitigado el riesgo «de un golpe que se vaticinaba desde distintos ámbitos», admiten desde la formación. El discurso duro, contundente, de Rivera contra el «inmovilismo» y el «populismo» consideran que ha desplazado al PSOE como alternativa moderada.
La estrategia del equipo de campaña es ir «de menos a más». Han dosificado a Rivera, conscientes de la sobreexposición en la anterior campaña. También sus mensajes, pues al 20-D llegaron vacíos de contenidos. Su mensaje ha ido subiendo en tensión y brusquedad: radicalización contra Podemos, veto a Rajoy y desautorización al PSOE por sus pactos en Madrid, Barcelona o Valencia.
Los trackings internos de Ciudadanos señalan que hay pesca de votos en el PP y que los moderados del PSOE, descontentos con Sánchez, son un claro caladero al que dirigirse. «El veto a Rajoy no es una novedad. Decir que no nos abstendríamos no es un error. Es una manera clara de posicionarnos, de presentarse como alternativa», analizan en el equipo de campaña de Rivera.
El segundo nicho al que prestará especial atención Rivera será al voto menor de 35 años. Un segmento de población en clara disputa con Podemos. Uno de los mayores porcentajes de indecisos se sitúa en los jóvenes. El 20-D la partida la ganó la formación de Iglesias, pero en Ciudadanos creen que pueden recuperar terreno. Por eso, la estrategia de hacer actos en Albacete o Guadalajara, donde apenas 1.000 votos separaron a ambos partidos, en favor de Rivera, pero que con la alianza Unidos Podemos cambiarían de bando.
Esta última semana, Rivera hará especial hincapié en la movilización. Sabe que la polarización puede movilizar al electorado de PP y Podemos, pero puede desincentivar al votante de centro. «Tenemos que movilizar a la sociedad, para que no se acomoden los moderados y se movilicen los extremistas», reconoció ayer Rivera en el acto de Madrid.
EL MUNDO – 20/06/16