Hermann Tertsch, ABC 08/12/12
Están sorprendidos los Hermanos Musulmanes, está sorprendido el radicalismo salafista de Nour, está ante todo sorprendido, estupefacto cabe decir, el presidente Mohamed Mursi. Es compacto, firme y fuerte el frente de insurrección y rechazo contra esa especie de autogolpe que el presidente había escenificado en tres días. Una amplia oposición ha cerrado filas contra lo que ven como una operación desde la presidencia para imponer una dictadura islamista en Egipto a corto plazo. Ya hay muertos, mártires para lo que consideran una nueva fase de la revolución que se niega a ser secuestrada por los islamistas. «Ni Hermanos y Salafistas, Egipto es un estado civil» es un grito que resuena en El Cairo y todas las ciudades del país con el otro de «Mursi vete» idéntico al que se dedicaba a Mubarak hace un año. La oposición ha rechazado categóricamente la negociación ofrecida por el presidente hasta que este rectifique en sus dos decisiones capitales, el referéndum constitucional y el decreto que le otorga poderes extraordinarios.
La intervención en televisión de Mursi pretendiéndose conciliador pero sin ceder en estos dos puntos fue un rotundo fracaso. Todo le había salido a pedir de boca a Mursi hasta hace muy poco. Y está claro ya que confiaba liberarse del resto de resistencias con el golpe de mano de la convocatoria del referéndum para el día 15 de diciembre.
Con una Constitución islamista sancionada el próximo día 16 –sin que los contrarios a la misma pudieran organizarse– y vigente el decreto que le otorga poderes extraordinarios, Mursi podía culminar su escalada a un poder total que ni Mubarak se atrevió a exigir. Pero la oposición ha salido a la calle y esta noche eran centenares de miles los que acosaban literalmente a Mursi. Exigen que rectifique o, quizás, enmiende la totalidad. Porque la demanda es la anulación de la convocatoria del referéndum sobre la Constitución para el día 15 de diciembre y la anulación del decreto por el que el presidente asume poderes por encima de los tribunales. De momento Mursi se niega. Y es de esperar que hoy de nuevo recurra a los Hermanos y Salafistas para recuperar la calle. Egipto está dividido en dos y el conflicto social ya en marcha.
Hermann Tertsch, ABC 08/12/12