Podemos se revuelve contra la caída de Pedro Sánchez y amenaza con hacer pagar a los principales barones del PSOE una hipotética abstención de su partido –que ven ahora más cerca– para facilitar el paso a Mariano Rajoy. En plena crisis del PSOE, el partido liderado por Pablo Iglesias puso ayer en el punto de mira a los barones socialistas y les advirtió de que les retiraría el apoyo parlamentario en la Comunidad Valenciana, Aragón y Baleares en el caso de que los diputados socialistas permitieran la investidura del candidato del PP.
Es el último intento de presión por parte de Podemos para mantener al PSOE en el no es no y para obligarle a moverse hacia una incierta alternativa de gobierno al PP que, por los vetos cruzados, sólo pasa por los independentistas catalanes que, a cambio, exigen un referéndum.
La utilización de los apoyos parlamentarios en las comunidades autónomas por parte de Podemos para presionar al PSOE alcanzó su punto álgido la pasada semana, cuando en vísperas del Comité Federal socialista Podemos dio por «muerto» el pacto que invistió a Emiliano García-Page, uno de los principales críticos con Sánchez, en Castilla-La Mancha. Defendido entonces como algo puntual, sin relación con el debate en el PSOE, la formación morada ejecuta ahora una segunda parte de la ofensiva contra los presidentes socialistas, extendiendo su amenaza a otros tres enclaves estratégicos de manera abierta, y subrayando públicamente que habrá «consecuencias» si el PSOE pasa a la abstención. Porque –se justifica– es «incompatible» la defensa de los derechos de sus ciudadanos y dar el Gobierno al PP.
Por eso, el mensaje lanzado en las tres mencionadas comunidades fue que se revisarán de «urgencia» esos apoyos. Sobre todo en los casos valenciano y aragonés, donde además se reprocha el papel «protagonista» que tuvieron los presidentes Ximo Puig y Javier Lambán dentro del sector que se rebeló contra Sánchez.
Podemos entiende que su relación con el PSOE ya ha cambiado de facto, y para peor, pues el cambio de la dirección socialista «va a afectar a todo» y «marca un antes y un después» que, teme, acabará dando el poder a Rajoy.
Ya el repaso que hizo ayer Pablo Echenique del presidente de la Gestora del PSOE, Javier Fernández, rezumaba pesimismo. «Gobierna con presupuestos del PP en Asturias e intentó poner a un alcalde del PP en Oviedo», dijo. «No es un currículum halagüeño», apostilló. De ahí que vea muy «difícil» una apuesta por impulsar un pacto PSOE-Podemos.
En estos momentos de incertidumbre, la actuación de Podemos tiene mucho que ver con el nuevo escenario que puede abrirse ahora y que invita a pensar en una reconfiguración del electorado de izquierdas tras la descarnada lucha interna en el PSOE. Con mucha prudencia, Podemos lleva días evitando cualquier lectura pública que suene oportunista o que le haga parecer como alguien que se abalanza sobre los votantes descontentos. Igual que tampoco recupera la palabra sorpasso. Se despeja la pregunta diciendo que cualquier análisis es apresurado y nada sencillo de hacer. Sin embargo, al mismo tiempo trata de aprovecharse: levantándose contra los barones o dejando mensajes para aquellos que puedan sentirse políticamente huérfanos.
El secretario de Organización, Pablo Echenique, defendió que frente a lo que sucede con el PSOE, su partido deja «pocas dudas» sobre cuál es su posición frente al PP. Por ello, proclamó que su formación aporta «garantías» a la ciudadanía. «Hay una trayectoria de coherencia que nos avala», destacó Echenique, quien remarcó que ellos «nunca» se abstendrían. «Frente a las dudas, garantías».