Juan Carlos Girauta-El Debate
  • Los términos en los que escribe Ábalos son educados; es respetuoso, no servil. A veces parece hasta neutral. No molesta mucho a Sánchez con tonterías y no comete faltas de ortografía (aunque solo he visto las portadas). Esa filtración solo beneficia al PSOE. Doblemente. Qué tíos

Ver a la banda de Sánchez denunciar una filtración de mensajes, entre mohines de enfado e indignaciones contenidas, es un auténtico espectáculo de humor. A estos tíos hay que reconocerles su talento para el engaño. Como van en bloque, pues ninguno duda, machacan y machacan con lo mismo y acaban logrando su objetivo. El primer día sonríes incrédulo recordando las hazañas del fiscal general, que no es que filtre, es que se le ha puesto cara de filtro de agua, de filtro de coche, de filtro de cigarrillo. Está mutando en filtro a la vista de todo el mundo de tanto dejar pasar lo del novio de la presidenta madrileña. El segundo día te enfadas un poco por simpatía con los perfiles de X que te caen bien, y que se cabrean porque el equipo de opinión sincronizada sigue con la bulla de las filtraciones abalosanchistas o sanchiabaladas. ¿Ya se han olvidado de la que montaron ellos con el «Sé fuerte»? Poca cosa parece ahora, y hay que ver cómo ordeñaron aquella vaca. El tercer día caes en el habitual pesimismo al comprender que el bloque lo ha vuelto a hacer. Es lo que tiene la hegemonía cultural y, dentro de ella, muy especialmente, la guita para el proletarizado sector tertuliano.

Lo han vuelto a hacer; se sienten lo bastante fuertes, y ven al adversario lo bastante desconcertado —en su pasmo por el eterno doble baremo—, para recurrir por la vía judicial. Pieza separada para la filtración de la tontería, o denuncia a través de la Abogacía de Sánchez, digo del Gobierno, digo del Estado. Cuerpo que tiene la peculiaridad de no contar con Bolaños entre sus miembros para disgusto del pobre Puente. Afirmo que cuando tu adversario parte de tan abajo en lo que a credibilidad se refiere (y a moralidad), y acaba triunfando siempre, es imposible no sentir un punto de admiración hacia él. Será malo el tío, pero vuelve a salirse con la suya, caramba. Sí, las razones las conozco, no me griten. Sobre todo, soy consciente de que tiene mucho alpiste para echarles a los pájaros y pájaras. Y no me refiero a Margarita Robles, malpensados. Además, sus pájaros y pájaras están increíblemente amaestrados. Eso no es nada fácil con el ave mediática.

En la derecha no podríamos ir todos a piñón, así en bloque, porque nos daría vergüenza. Como fuere, nos han colocado la mercancía averiada. ¿Y por qué averiada? Porque, para más inri, la filtración beneficia a los interlocutores, lejos de perjudicarles. Sánchez hace afirmaciones acertadísimas sobre la gran pájara que duerme de uniforme y sobre el Che Guevara de hojalata. Su irritación con los aparceros Page o Lambán complacen sobremanera a los militantes socialistas. Los términos en los que escribe Ábalos son educados; es respetuoso, no servil. A veces parece hasta neutral. No molesta mucho a Sánchez con tonterías y no comete faltas de ortografía (aunque solo he visto las portadas). Esa filtración solo beneficia al PSOE. Doblemente. Qué tíos.