TONIA ETXARRI, EL CORREO – 03/11/14
· Si el lehendakari Urkullu mantiene su oferta de pacto de Estado contra la corrupción, el PNV debería concretar su apoyo en el Congreso.
En el PP vasco reclaman un golpe de timón para salvarse del huracán de la corrupción. Quieren más políticos y menos técnicos en el Gobierno de Rajoy. Eso implicaría una crisis de gobierno antes de las próximas elecciones municipales. Por debajo de las voces de Arantza Quiroga, Borja Sémper o Nerea Llanos asoman otras muchas de la afiliación que no oculta su indignación y dice sentirse doblemente engañada. Ya subrayaron hace tiempo la dolorosa contradicción entre quienes, como ellos, se jugaban la vida amenazados por ETA mientras otros aprovechados utilizaban las siglas de su partido para lucrarse.
Por eso le están emplazando directamente a Mariano Rajoy para que no se entretenga con el discurso del Ibex 35. Los dirigentes populares vascos, desde el primer momento, han estado reclamando castigos ejemplares mientras al presidente del Gobierno le costaba creer que «unos pocos casos» acabarían estallándole en la base de los cimientos de su propio partido. Hasta el punto de necesitar un cambio radical. De discurso. De estructura. De caras. Unos cuantos nos han robado la cartera a todos. Durante mucho tiempo. En Madrid, en Andalucía, en Cataluña o Mallorca. Con las tarjetas opacas de una caja en donde representantes de empresarios, partidos y sindicatos han dado rienda suelta a su avaricia. O con redes de evasión en paraísos fiscales. Nos han robado quienes defraudan. Y quienes en Euskadi han podido cobrar de empresas públicas por trabajos no realizados. Pero la ‘operación Púnica’ ha sobrepasado el limite.
El respiro obtenido por el descubrimiento del uso fraudulento de las tarjetas de Caja Madrid por parte de partidos y sindicatos que constató que la corrupción es transversal y que la Justicia funciona, le duró al PP un par de telediarios. Porque la ‘operación Púnica’, que ha desvelado la trama criminal de unos codiciosos, ha empujado, como un huracán, al Partido Popular. Y el PSOE, que llevaba meses negociando un pacto de Estado contra la corrupción con el partido del Gobierno, decide abandonarlo a su suerte para señalar al PP como el único grupo que encarna el mal.
Acuciados por los sondeos que sitúan a Podemos como la primera fuerza política del panel electoral, con voto directo, si mañana celebrásemos las elecciones generales, los socialistas han decidido aplicarse la ley del embudo: lo del PP es un sistema podrido. Lo suyo son solo casos aislados; ovejas negras, al fin y al cabo. A ver si con un poco más de ruido, la gente se olvida del alcalde de Parla, de los abusos en Caja Madrid y del fraude de los ERE y cursos de formación en Andalucía, en donde acaba de estallar el penúltimo escándalo de corrupción, en donde no falta de nada, ni siquiera una operación quirúrgica a cuenta del dinero de todos.
Con este arsenal, las bases del PP, que no están atadas a la historia, muestran un desconcierto total. Creen que la reacción legislativa funciona. Pero que la reacción política no existe. En el País Vasco en donde el PP tiene problemas para sacar la cabeza, acusan el golpe. Exigen a Rajoy que presente ya las medidas contra la corrupción. Y si el lehendakari Urkullu, que es el único que le ha ofrecido un pacto de Estado contra la corrupción, mantiene su oferta, el PNV debería concretar su apoyo en el Congreso de los Diputados. Y avanzar. Con medidas muy estrictas para cortar de raíz este mal endémico que asoló Italia en los 90 y, por culpa de la incapacidad de los partidos políticos, se les apareció el populismo y se hizo carne en la figura de Berlusconi.
Sostiene Nerea Llanos que «la credibilidad se recupera con hechos». Pero la secretaria general de los populares vascos es consciente de que el desprestigio de la marca PP es, a estas alturas, muy fuerte.
Dos hechos que afectan directamente a la política vasca han puesto de manifiesto estos días la soledad en la que están inmersos. En el Parlamento vasco se produjo un acontecimiento insólito la semana pasada. El alcalde y parlamentario Javier Maroto presentó su polémica propuesta de modificación del sistema de ayudas sociales para evitar los abusos cuya existencia había sido reconocida por todos los partidos políticos. Y resulta que en Euskadi, donde habitan más «campeones del diálogo» por metro cuadrado, todos los demás boicotearon el debate en sede parlamentaria. Todos menos UPyD, cuyo único representante, Gorka Maneiro, mantuvo el respeto institucional debido para subir a la tribuna y rechazar la propuesta.
El vídeo sobre la parodia de un presunto militante del PP encapuchado, emulando la puesta en escena de ETA, anunciando su disolución «por corrupción» es «de juzgado de guardia», según los afectados. Se emitió en el programa online que dirige Pablo Iglesias, el líder de Podemos. No es que sea frívolo. Es lacerante para todas las víctimas del terrorismo. Se mofa de los 858 muertos provocados por la banda de asesinos. Ni una voz al otro lado.
Ortega Lara, el funcionario que sufrió el cautiverio mas largo de la historia a manos de ETA, y que ahora milita en VOX, ha reaccionado. Ni una voz al otro lado. Tampoco en el partido socialista que sufrió tantas bajas en sus filas. Silencio ante este capítulo de perversión moral. «Si hubieran emitido un vídeo similar hablando en nombre del PSOE, con una foto de Griñan al lado, nosotros nos habríamos mostrado solidarios», se lamentan en el PP vasco. Están indignados. Y solos.
TONIA ETXARRI, EL CORREO – 03/11/14