Editorial, EL CORREO, 18/7/12
El rechazo a los recortes de Rajoy no exime de afrontar los ajustes que requiere Euskadi
El rechazo mostrado ante el programa de recortes y reformas del Gobierno Rajoy tanto por parte del Ejecutivo vasco como por las diputaciones de Bizkaia y Gipuzkoa -al que en algunos aspectos acompañarían las reticencias mostradas por la Diputación alavesa- es expresión de un legítimo y hasta obligado ejercicio de la responsabilidad institucional en defensa de una determinada concepción del sistema de bienestar con arreglo al marco competencial vigente. Pero el tiempo preelectoral subraya la necesidad que todas las formaciones opuestas entre sí y al Partido Popular sienten de diferenciarse de la oleada de malas noticias que acarrea la sujeción al dictado de Bruselas y a la particular interpretación que del mismo hace el Ejecutivo de Mariano Rajoy. La democracia y el Estado social dependen de la existencia de contrapesos, que en este caso podrían encontrarse en las instituciones de autogobierno. Pero para ello es imprescindible que los órganos competentes en cada ámbito territorial actúen con un mínimo de coherencia, lo que es difícil de compatibilizar con el afán electoralista que encierra cada pronunciamiento público cuando se aproximan los comicios autonómicos. El Gobierno Rajoy ha optado por curarse en salud ante la UE y los mercados calificando como ‘básicas’ iniciativas de ajuste y reforma cuya titularidad competencial es cuando menos discutible. Pero tal proceder no exime a las instituciones vascas de deslindar aquellas atribuciones que les sean propias del deber de aplicar cuantas decisiones correspondan a las Cortes Generales. El Ejecutivo de Patxi López y las diputaciones gobernadas por el PNV y por Bildu han realzado su oposición a los recortes de Rajoy, pero mientras tanto vienen aplicando ajustes presupuestarios cuyo alcance pasa desapercibido y de los que debieran ofrecer una información más detallada a los ciudadanos vascos. La diatriba sobre los recortes de Rajoy -que en Euskadi está generando una derivada propia al cuestionar los jeltzales la solvencia financiera del Gobierno López, al denunciar el lehendakari la ‘agenda oculta’ de Urkullu y al poner en solfa la eficacia en la gestión de los intereses guipuzcoanos por parte de Bildu- no puede desviar la atención sobre la pregunta a la que las instituciones vascas han de responder sin evasivas ni dilaciones: ¿está Euskadi en condiciones de afrontar su futuro inmediato sin recortes?
Editorial, EL CORREO, 18/7/12