Autoridades de derechos de autor españolas han denunciado que en el país ibérico la organización terrorista ETA tiene en su poder gran parte del mercado de piratería discográfica y de video.
Ciudad de México.- El gran negocio de la piratería de discos y películas se ha convertido en centro de atención del crimen organizado que de ahí se hace de recursos para seguir operando, como ocurre en el estado de Michoacán donde incluso algunas asociaciones delictuosas ya tienen su propio sello, con el emblema de una mariposa monarca.
Autoridades de la industria discográfica de nuestro país hicieron tal denuncia, asegurando que dicha situación ha golpeado más fuerte a las compañías grabadoras, teniendo conocimiento de que hace una década comenzó a darse dicho fenómeno alertando a las autoridades para su pronta acción y contrarrestar dicho ilícito.
Las organizaciones como La Familia y los Zetas, son señalados como los principales productores de discos apróficos, ofreciendo acoplados con lo mejor de la música actual, lo que resulta muy atractivo para los compradores.
Afortunadamente, se dijo, en el Distrito Federal no ha llegado dicho fenómeno, porque hasta el momento no se han tenido reportes al respecto, pero se teme que ese tipo de mercado llegue a la capital mexicana, provocando una mayor desestabilización en la decadente industria discográfica.
El hecho de que el crimen organizado domine ciertos sectores de la industria del entretenimiento no es nuevo, ya que también autoridades de derechos de autor españolas han denunciado que en el país ibérico la organización terrorista ETA tiene en su poder gran parte del mercado de piratería discográfica y de video, llegando su dominio hasta la zona norte de Africa, haciéndose de recursos para poder seguir operando.
Por todo lo anterior, el mundo musical se encuentra en un punto crítico, lo que está obligando a los artistas a ingresar al mundo digital, de una forma obligatoria, ya que es ahí donde tienen mayores posibilidades de darse a conocer y de poder vender su trabajo creativo, ante la falta de intervención de las autoridades para minimizar la piratería.
El Sol de México, 22/1/2011