EL CORREO – 20/08/14
· Portavoces abertzales han sopesado ya, de manera informal, la posibilidad de enviar una representación del Parlamento vasco, mientras el Gobierno aún no lo ha decidido.
A un mes del referéndum de independencia del 18 de septiembre, el nacionalismo institucional vasco se mira, más que nunca, en el espejo escocés. Muy consciente de que, sea cual sea el resultado del recuento, el plebiscito acordado entre James Cameron y Alex Salmond avivará las pulsiones soberanistas en toda Europa –máxime con la consulta catalana, ésta sin visos de legalidad, también a vuelta de calendario–, el PNV ha decidido echar toda la carne en el asador y mantener un perfil elevado respecto a la trascendental cita, unos cuantos pasos más allá del apoyo desapasionado que mostraba hace solo un año.
Prueba de ello es la delegación de primerísimo nivel que Sabin Etxea enviará para que sea testigo ‘in situ’ de la celebración de la consulta y el posterior recuento de papeletas. El propio presidente del EBB, Andoni Ortuzar, encabezará la representación peneuvista ‘destacada’ en Edimburgo, acompañado por uno de los hombres fuertes de la ejecutiva, Joseba Aurrekoetxea, y por el burukide responsable de las relaciones internacionales del partido, Iñaki Goikotxeta. Los tres dirigentes jeltzales aterrizarán en Escocia un día antes del referéndum, el miércoles 17, y volverán a Euskadi el día 19, en el que se sabrá ya si los escoceses han decidido poner fin a más de tres siglos de unión con Inglaterra o, si como pronostican todos los sondeos, ratifican su permanencia en Reino Unido.
Esta última posibilidad –la más plausible si se hace caso a las encuestas, aunque los dirigentes nacionalistas vascos en ningún caso descartan una sorpresa si se destapa el voto oculto favorable al ‘sí’, que va recuperando posiciones– atemperaría, en cierto modo, el efecto contagio que se dejaría sentir, sin duda, en Euskadi y Cataluña en el caso de una victoria de la campaña del Scottish National Party (SNP).
El PNV, marcado muy de cerca por una izquierda abertzale que enviará también representación a Escocia –aunque EH Bildu aún no ha decidido quiénes integrarán su delegación–, prefiere nadar y guardar la ropa. Ortuzar, que expresó en julio en una conferencia en Madrid su deseo de que tanto en la consulta del 18 de septiembre como en la que pretende convocar Artur Mas el 9 de noviembre triunfe el ‘sí’, sopesa acudir también a la Diada catalana del próximo día 11. Ya el año pasado, el presidente del EBB viajó a Barcelona aunque solo participó en los actos institucionales y prefirió ausentarse de la cadena humana organizada por la Asamblea Nacional Catalana.
Además, después de admitir que no habría problema en aplazar la consulta que el PNV siempre ha fechado en 2015, ha recuperado la promesa electoral de que el acuerdo con Madrid en torno al autogobierno se cerrará el año que viene. Pero, al mismo tiempo, su partido mantiene el debate sobre el nuevo estatus a fuego lento en la ponencia de autogobierno de la Cámara de Vitoria, que no tiene previsto acabar sus trabajos hasta el final de la presente legislatura, en 2016.
«Legal y pactada»
Al margen de que los procesos soberanistas se aceleren o se ralenticen en función de las experiencias escocesa y catalana, el Gobierno vasco y el PNV tienen claro que el «derecho a decidir sujeto a pacto» inspirado en el acuerdo entre Escocia y Reino Unido es el modelo a seguir. Ya en 2012 Ortuzar vistió el ‘kilt’ para reivindicar una vía a la escocesa en su tradicional parodia de Carnaval y, más recientemente, en la última campaña al Parlamento europeo, la candidata jeltzale, Izaskun Bilbao, insistió en el agravio comparativo que en el marco de la UE supone que un escocés pueda decidir sobre su modelo de integración territorial y un vasco no.
El diputado general de Bizkaia, José Luis Bilbao, ha confesado que los escoceses le dan «envidia». Y, desde que es lehendakari, Iñigo Urkullu ha insistido una y otra vez en que, independientemente de la fecha en que se celebre, cualquier consulta que se convoque en Euskadi para avalar una eventual reforma del Estatuto de Gernika será «legal y pactada, como en Escocia». De ahí, la insistencia en reclamar una reunión con Mariano Rajoy. Fuentes del Ejecutivo vasco insisten en que, pase lo que pase alrededor, no cogerán la batuta soberanista al estilo catalán, salvo que el Parlamento encargue a Urkullu la redacción de un texto articulado.
No obstante, Ajuria Enea, que sí ha asumido la reivindicación de una modificación legal que consagre la bilateralidad en lo político entre Euskadi y España, tampoco ha descartado la posibilidad de que alguno de sus altos cargos –por ejemplo, los encuadrados en Acción Exterior, dependiente de la Lehendakaritza– acudan también a presenciar en primera fila el referéndum escocés.
También en la Cámara, según ha podido saber este periódico de fuentes parlamentarias, se han producido, ya antes del verano, contactos informales entre los jefes de filas de los grupos abertzales –PNV y EH Bildu– en los que se ha planteado la posibilidad de enviar una delegación oficial del Parlamento vasco a Edimburgo en septiembre. Una decisión que daría billete a Escocia al portavoz jeltzale, Joseba Egibar, que habría expresado en privado su intención de acudir.
Aunque aún no se ha hecho ningún planteamiento formal ni ante la Mesa ni en Junta de Portavoces, los nacionalistas, con mayoría en el órgano de gobierno del Parlamento, no tendrían problema en dar luz verde al viaje, que, es de esperar, podría contar con el rechazo frontal del PSE, PP y UPyD. El Parlamento vasco ya envió, en 2008, una delegación a Escocia, aunque centrada en las políticas de vivienda, y también se ha desplazado a Irlanda del Norte.
EL CORREO – 20/08/14