- Cree que el 22-M demostró el respaldo a las vías pacíficas y democráticas
- Dice que los resultados de Bildu han originado todo un ‘terremoto político’
- Defiende la necesidad de ‘seguir desarrollando iniciativas de suma de fuerzas’
- En este sentido se refiere a formaciones como Aralar, NaBai y AB
- Añade que aunque cambie el Gobierno, la apuesta de Batasuna es ‘irreversible’
- Apuesta por que el colectivo de presos de ETA se adhiera al Acuerdo de Gernika
El ex portavoz de Batasuna, Arnaldo Otegi, ha afirmado que ETA «tiene voluntad para un proceso de solución definitiva al conflicto» y ha considerado que existen «indicadores y garantías suficientes» para percibir su intención.
También ha mostrado su satisfacción por los resultados electorales obtenidos por Bildu, que han recogido el «deseo ampliamente mayoritario en el independentismo» por «una estrategia que se desarrolla por vías y cauces exclusivamente pacíficos y democráticos».
En una entrevista a Gara, el representante de la izquierda abertzale, que será juzgado el 27 de junio por el caso Bateragune, ha elogiado la «capacidad y madurez» de la izquierda abertzale ante la última cita electoral, que ha mantenido «la unidad y la cohesión» frente a unos Estados que «han intentado debilitarla e incluso dividirla».
«Esta es una batalla que estamos ganando al Estado. Hoy, quien marca la agenda política en Euskal Herria es el movimiento soberanista e independentista de izquierdas», ha dicho en el cuestionario remitido a la prisión en la que se encuentra internado.
Para Otegi, además de haber «variado la correlación de fuerzas» y haber «implicado a la comunidad internacional en la resolución del conflicto político», la izquierda abertzale «ha recuperado su credibilidad ante nuestro pueblo». «En apenas unos años hemos situado al independentismo de izquierda como segunda fuerza política en Hego Euskal Herria, con más de 310.000 votos», ha cifrado.
También considera que se ha producido una «deslegitimación» del Gobierno central, «que tiene dificultades crecientes para mantener una posición de inmovilismo» que sólo modificará «cuando le genere más costes (en términos políticos, de opinión pública…) que beneficios».
En este contexto, ha situado «la batalla por la legalización de Sortu o la presencia electoral de Bildu», casos en los que la «cascada de adhesiones y pronunciamientos de distintos sectores» en favor de la coalición» conllevó «una presión a todos los niveles era insostenible, incluso para los ámbitos del Poder Judicial».
A su juicio, los resultados logrados por Bildu han sido «históricos», han originado «un auténtico terremoto político» y gracias a ellos «el independentismo de izquierda ocupa ya el carril central en el espacio político vasco». Para Otegi, los votantes han querido transmitir «de forma masiva, clara y contundente su apoyo a una estrategia que se desarrolla por vías y cauces exclusivamente pacíficos y democráticos».
«No ha sido el pueblo vasco quien ha conectado con la izquierda abertzale, sino que hemos sido nosotros quienes hemos acabado por conectar con un deseo ampliamente mayoritario en el independentismo de sustituir la estrategia anterior por una apuesta de confrontación en términos democráticos«, ha aclarado.
Sobre el papel que pueda jugar la coalición en los Gobiernos de instituciones como la Diputación de Gipuzkoa, y el «nerviosismo detectado en determinadas élites económicas y políticas», ha asegurado que estos temores obedecen a que «saben que no nos supeditaremos ni plegaremos a sus intereses, sino a los del conjunto de la sociedad vasca».
Proceso democrático
Preguntado por el punto en el que se encuentra el «proceso democrático», ha reconocido que sigue «inmerso en la fase unilateral, en la medida en que los avances producidos son fruto de nuestras decisiones e iniciativas y no consecuencia de acuerdo alguno con el Estado«.
Tras recordar que los objetivos de «esta primera fase», definidos en la Declaración de Gernika, son la «legalización» y la «fase de ‘humanización’ del conflicto (presos enfermos, dispersión, leyes especiales, etcétera) en el marco de una tregua unilateral, indefinida y verificable decretada por ETA», ha defendido la necesidad de «seguir desarrollando iniciativas de suma y de movilización en torno a Gernika». «Es decir, a un escenario de no violencia con garantías y a la normalización política», ha explicado.
Otegi cree que se debe «ir implicando progresivamente a la comunidad internacional en la solución al conflicto», aunque «es evidente que todavía hay que seguir sumando iniciativas para la normalización de la política».
El ex dirigente de Batasuna ha admitido que «a día de hoy» no existe «una relación de fuerzas suficiente para obligar al Estado a reconocer y respetar un marco democrático para Euskal Herria». No obstante, ha destacado que «en apenas unos meses ha mejorado notablemente nuestra relación de fuerzas con el Estado» tanto «en términos de opinión pública», como «electorales o ideológicos».
«Aunque todavía no hayamos alcanzado el grado de suficiencia necesario para que se acepte la agenda definida en el Acuerdo de Gernika, el tiempo político corre a nuestro favor, seremos cada vez más y más fuertes«, ha señalado.
Sumar fuerzas
Ante lo que ha calificado de «proceso de liberación» cree preciso «seguir sumando fuerzas». «En el ámbito de Euskal Herria debemos ampliar el abanico de nuestra alianza estratégica sumando más fuerzas (como Aralar, AB, NaBai) al bloque soberanista de izquierdas, huyendo en todo momento de posiciones de menosprecio y priorizando el interés de Euskal Herria por encima de cualquier otra consideración», ha recomendado.
Además, «en el marco de Euskal Herria» apuesta por «un gran acuerdo democrático de carácter táctico con aquellos sectores interesados en una solución democrática al conflicto» en el que cabrían «todas las culturas políticas» que entiendan que «Euskal Herria es una nación y respeten el derecho de la ciudadanía a decidir su futuro sin ningún límite ni injerencia».
Otegi ha insistido en que la «apuesta» de la izquierda abertzale por «una estrategia pacífica y democrática» es «irreversible» por lo que ésta «no depende de la voluntad de quien gobierna en el Estado», en alusión a una posible victoria del PP en las próximas generales. Sin embargo, admite que «no es posible cerrar el proceso democrático sin que existan acuerdos bilaterales o multilaterales con el Estado».
Otegi ha insistido en avanzar en «un acuerdo táctico con todas las fuerzas políticas» interesadas en «promover una transición democrática en el Estado español» y, en el ámbito internacional, conformar «alianzas tácticas con todos aquellos sectores interesados en apoyar una solución democrática y dialogada al conflicto entre Euskal Herria y los Estados».
Presos
Respecto al Colectivo de Presos de ETA, ha dicho que «ha abierto canales de comunicación con los firmantes de la Declaración de Gernika» y ha apostado porque se «comprometa y adhiera» a ella.
Además, se ha mostrado convencido de la necesidad de «un movimiento popular por la libertad de los presos que sea masivo y plural» con el objetivo «simple y claro» de «superar las consecuencias del conflicto», lo que implicaría «la liberación de todos los presos, la vuelta de todos los represaliados». «Esta es una demanda razonable y una condición necesaria para estabilizar un marco de paz y normalización democrática», ha puntualizado.
Otegi ha expresado su convicción de que «tanto el alto el fuego general y permanente como la disposición a la verificabilidad» son «elementos suficientes para percibir la voluntad de ETA, lo mismo que la carta enviada a las organizaciones empresariales».
«Son indicadores, y también garantías, de que ETA tiene voluntad para un proceso de solución definitiva al conflicto», ha dicho para despedirse con una petición de sonrisa porque «vamos a luchar y vamos a ganar».
EL MUNDO, 20/6/11