El ex líder de Batasuna participa en un reportaje sobre la tregua del diario americano, oráculo del mundo de los negocios. Los partidos critican sus declaraciones al entender que «no aportan nada» y sólo son «propaganda». La noticia incluye una descripción de Euskadi salpicada de tópicos sobre montes y comida.
A la espera del hipotético comunicado de ETA, Arnaldo Otegi ha vuelto a hablar desde la cárcel. El exportavoz de Batasuna ha elegido para sus declaraciones el diario estadounidense ‘The Wall Street Journal’, una de las principales referencias internacionales para el mundo financiero. El periódico realiza un reportaje sobre la situación política en Euskadi donde el dirigente preso en la cárcel de Logroño ‘vende’ el proceso abierto por el alto el fuego de ETA.
Aunque Otegi insiste en que la apuesta de la izquierda abertzale por la política es «irreversible», la mayoría de las fuerzas políticas restó importancia a sus declaraciones por entender que «no aportan nada». Hubo incluso quien mostró su sorpresa por que el dirigente radical hubiera elegido ese medio norteamericano para dar a conocer sus opiniones. El más gráfico fue el presidente del PNV en Vizcaya. Andoni Ortuzar consideró paradójico que el máximo referente de Batasuna, uno de los últimos movimientos marxistas radicales que quedan en Europa, haya seleccionado como plataforma de expresión un periódico conservador que está considerado el oráculo de los mercados, convertidos en la punta de lanza del capitalismo más salvaje.
Del contenido, la mayoría de los partidos dijeron que era flojo. El Gobierno vasco exigió a Otegi pasar «de las palabras a los hechos» y el PSE le emplazó a pedir la disolución de la banda antes que «mantener la tensión» anunciando «próximos acontecimientos». Mariano Rajoy insistió en que «no se puede negociar nada con terroristas», mientras que el PP vasco pidió «no facilitar la campaña de comunicación» de la izquierda radical. «Propaganda», añadió el ministro Rubalcaba. El PNV lo vio de igual manera al afirmar que el exlíder de Batasuna intenta «cubrir el silencio de ETA con declaraciones». Sólo EA aplaudió que Instituciones Penitenciarias haya permitido una nueva entrevista a Otegi.
La formación que dirige Pello Urizar se refiere así al extenso cuestionario que el exparlamentario vasco respondió a ‘El País’ a mediados de octubre. Otegi aseguraba entonces que «la estrategia independentista es incompatible con la violencia armada».
Hace una semana, el exlíder de la izquierda abertzale tradicional volvió a romper su silencio desde la prisión. Un grupo de simpatizantes desplazados hasta las puertas de la cárcel de Logroño leyó unas palabras que atribuyó al ex mahaikide: «Nosotros no nacimos para resistir, sino para ganar y vamos a ganar».
Mikel Buesa, el contrapunto
La aparición de su discurso en ‘The Wall Street Journal’ le ha concedido una mayor repercusión internacional, aunque aparecían bajo un título en inglés que llevaba a caer en el equívoco. El rotativo estadounidense encabezaba el reportaje con la frase ‘Basque group makes peace offer’ -‘La banda vasca (en alusión a ETA) hace una oferta de paz’. Hace varias semanas la clase política vasca especulaba con la posibilidad de que los terroristas tuvieran intención de seleccionar ese diario para hacer público el comunicado en el que anunciaría un alto el fuego «unilateral, permanente y definitivo», como le exigen mediadores internacionales y la izquierda abertzale.
Sin embargo, en el reportaje publicado ayer apenas hay tres frases entrecomilladas del exportavoz de Batasuna. Otegi destaca que ETA está dispuesta a abandonar la violencia, aunque no confirma que vaya a anunciar su desaparición definitiva en un «próximo» documento.
El diario, que presenta al dirigente encarcelado como «el líder del brazo político de ETA», utiliza como contrapunto en la misma información a Mikel Buesa, identificado como «activista contra ETA y expolítico vasco». Buesa, quien dirigiera el Foro de Ermua y militara en UPyD -ya no forma parte de ninguno de esos colectivos- es hermano del parlamentario socialista Fernando Buesa, asesinado por la banda terrorista en febrero de 2000. El periódico norteamericano le pone como ejemplo del «escepticismo» que suscita la izquierda abertzale. «Quieren participar en las elecciones para acceder a la financiación local», sostiene Buesa.
No hay más referencias de peso en la crónica de ‘The Wall Street Journal’, que describe el País Vasco en un párrafo salpicado de tópicos. «Cuenta con una cultura y una lengua -el euskera- particulares, que no están relacionados con los descendientes del latín que lo rodean. Es conocida por sus impresionantes parajes montañosos y por su oferta de restaurantes galardonados con estrellas Michelin. Es una de las regiones más ricas del país y su autonomía política es superior a la del resto».
Datado en Madrid, el artículo lleva dos firmas. Uno de los autores es Thomas Catan, el mismo que hizo un reportaje en 2007 sobre la huelga de hambre de Iñaki de Juana Chaos. Las declaraciones de Arnaldo Otegi ocupaban ayer un lugar destacado en la portada del diario, pero no figuraban ‘en primera’ con una foto suya. Aparecía la imagen de los encapuchados que anunciaron el alto el fuego en septiembre.
WSJ, un medio conservador que es el oráculo del mundo de los negocios
‘The Wall Street Journal’ (WSJ), el diario económico que publicó ayer las reflexiones de Arnaldo Otegi, es un gigante de ideología conservadora que se ha convertido en un verdadero oráculo del mundo financiero y empresarial estadounidense y mundial. Forma parte del grupo Dow Jones Company, adquirido en 2007 por News Corporation, el conglomerado del magnate Rupert Murdoch, del que es consejero José María Aznar. La influencia de este diario es tal que sus opiniones sobre una empresa o un país tienen un impacto directo en la Bolsa o el mercado de deuda. No extraña, por tanto, que su equipo directivo y algunos de sus especialistas sean interlocutores habituales de presidentes de grandes corporaciones y ministros de los países más poderosos del planeta.
Con 1,7 millones de ejemplares de difusión media cada día y casi medio millón de suscriptores para su edición digital, es el de más éxito en su país, empatado a ventas con el generalista ‘USA Today’, pero con un peso infinitamente mayor. Y, sin embargo, nació en 1889 como una aventura romántica de unos jóvenes que nunca pudieron imaginar que estaban sentando las bases de un gigante y que se habían forjado una mínima experiencia con un boletín escrito a mano. Uno de ellos, Charles H. Dow, creó un lenguaje nuevo que convertía la Bolsa en algo perfectamente comprensible para lectores sin formación económica alguna. Tras él, Clarence Barron primero y, sobre todo, Bernard Kilgore (el autor de una frase convertida en un mantra: «No escribáis para los banqueros; escribid para los clientes, que son más») impulsaron el periódico hasta convertirlo en una gran potencia.
Hoy, el diario da trabajo a más de 2.000 periodistas radicados en 58 países. La crisis no parece haberle afectado, y dispone de ediciones especiales para Europa y Asia. Además, mediante acuerdos con medios locales, está presente en 49 países. WSJ es el medio más importante de Dow Jones Company, que también incluye la revista ‘Barron’s’, una agencia de noticias, cadenas de TV y radio y editoriales. Hace tres años, Murdoch adquirió el control de la compañía por 5.000 millones de dólares. La familia Bancroft, que había regido la empresa durante un siglo, recibió más de 1.000 millones en la operación. Muchos temieron que el periódico perdiera su identidad, pero hasta ahora no ha sido así. Ni su ideología ni su prestigio se han visto alterados.
La Policía pide una investigación sobre la entrevista
Los dos principales sindicatos de Policía coincidieron ayer en rechazar las declaraciones de Arnaldo Otegi desde la prisión de Logroño. El Sindicato Unificado de Policía (SUP) pidió una investigación interna para esclarecer el modo en el que el exlíder de Batasuna ha podido burlar el control de sus comunicaciones para dar a conocer sus opiniones desde la cárcel por tercera vez en tres meses. «Que se abra una investigación y que se esclarezca por qué Otegi puede hacer una entrevista», declaró el secretario general del SUP, José Manuel Sánchez Fornet. La Confederación Española de Policía (CEP) acusó al Gobierno de permitirlo y beneficiarse. Por su parte, el ministro de Política Territorial, Manuel Chaves, eludió aclarar si habrá investigación.
EL CORREO, 29/12/2010