EL MUNDO – 19/05/16
· Los independentistas agasajan al líder ‘abertzale’, que quiere trasladar al País Vasco el plan catalán.
· El Parlament no vivía un revuelo similar desde que, en 2010, prohibió las corridas de toros en Cataluña.
Ayer fue Arnaldo Otegi quien acaparó los focos: en plena carrera para convertirse en lehendakari, la visita del líder abertzale provocó la indignación de las víctimas de ETA y el embeleso de los independentistas catalanes, durante muchos años acomplejados ante sus conmilitones vascos y hoy protagonistas de un proceso soberanista que Otegi ve con «envidia» y como «un referente».
Invitado por la CUP, cuyos diputados le escoltaron en todo momento y le invitaron a comer en sus dependencias parlamentarias, Otegi vivió en Barcelona una jornada intensa en todos los sentidos. Mantuvo reuniones formales con los representantes de Convergència, Esquerra, la CUP y Catalunya Sí que es Pot (la marca que incluye a Podemos) de la Comisión de Exteriores, y también con la presidenta de la Cámara, Carme Forcadell. Además, mantuvo un encuentro informal con el vicepresidente catalán y líder de ERC, Oriol Junqueras.
Radiante por los agasajos de los independentistas catalanes, el secretario general de Sortu se deshizo en elogios hacia el procés. «Los vascos tenemos mucho que aprender del proceso catalán», dijo, porque en su opinión «ha roto las costuras del Estado».
Sin embargo, el principal representante del procés, Carles Puigdemont, no le recibió. Tras haber constatado la dificultad de que la causa de los independentistas catalanes se haga un hueco en la agenda internacional, una parte del Govern encajó la visita de Otegi como un nuevo regalo envenenado de la CUP y con evidente incomodidad.
Pero eso no impidió que Puigdemont defendiera en un debate con Xavier García Albiol el recibimiento con honores que le dispensó el Parlament. «Tiene todo el derecho a venir. Aznar dijo que en ausencia de violencia se puede hablar de todo», recordó el president, tras acusar al líder del PP catalán de «apropiarse indebidamente del dolor de las víctimas» de ETA.
Representantes de esas víctimas coincidieron en la Cámara con Otegi. A pocos metros de la sala donde el dirigente abertzale se reunía con diputados independentistas y de Catalunya Sí que es Pot, Albiol e Inés Arrimadas (Ciudadanos) mantenían un encuentro con Mari Mar Blanco (presidenta de la Fundación de Víctimas del Terrorismo y hermana del concejal del PP asesinado en Ermua en 1997) y José Vargas, que dirige la Asociación Catalana de Víctimas de Organizaciones Terroristas.
Otegi despachó las críticas por el hecho de que no haya condenado explícitamente el terrorismo de ETA asegurando que él ya pidió «perdón» hace unos años por si en su «condición de portavoz abertzale» había «contribuido a incrementar el dolor» de las víctimas.
«Hemos dado pasos, lo vamos a seguir haciendo y vamos a asumir las responsabilidades que tengamos que asumir en este terreno», dijo. Sobre las víctimas, añadió que el entorno abertzale mantiene contactos con ellas, pero que no los publicita porque no quiere someterlas a «manipulación electoral», como dio a entender que hacen otros partidos.
Pero Otegi quería hablar sobre todo de independentismo. Desde primera hora de la mañana, subrayó la «envidia» que le produce el proceso soberanista catalán. En un momento en que el apoyo a la independencia en el País Vasco pasa por sus momentos más bajos de los últimos años, el dirigente de Sortu buscó constantemente el paralelismo.
«Este país ha puesto en marcha un proceso ejemplar y pacífico que está descosiendo las costuras del régimen del 78. Desde el punto de vista de los independentistas vascos, agradecemos que Cataluña sea vanguardia de los pueblos en Europa que pretenden constituirse en Estado», dijo al final de la jornada.
En referencia a la violencia de ETA, Otegi añadió que «la apuesta por las vías pacíficas y democráticas» de la izquierda abertzale «no tiene marcha atrás». «Hemos hecho esa transición hacia la estrategia que en Cataluña está dando sus frutos», dijo. También subrayó las diferencias entre la actual Convergència, que busca la separación de Cataluña, y el PNV, que le «desmoraliza» porque «no está en esas posiciones».
Otegi se despidió de su gira en Barcelona con un acto de homenaje celebrado en el barrio de Sant Andreu para «conmemorar» su excarcelación. Allí, de nuevo con presencia de diputados de la CUP y ERC, aprovechó para reclamar a Podemos que abandone su defensa de un referéndum acordado con el Gobierno y se sume «a los procesos constituyentes que sí son posibles» y que pasan por las declaraciones unilaterales de independencia de Cataluña o el País Vasco. «La democratización del Estado español no existe», sostuvo.
EL MUNDO – 19/05/16