EL MUNDO – 01/04/15 – VICTORIA PREGO
· De nuevo regresa el presidente de la Generalitat al juego del ratón y el gato, en el que se ufana de ser un consumado maestro, aunque siempre acaba encontrándose de bruces ante el muro de la ley. Porque lo de Oriol Junqueras es otra cosa, es la comezón que le acosa al comprobar que la tensión y el fervor independentista que le hicieron creer que estaba a punto de tocar el cielo con la mano se va apagando con el paso de los días. «Hay que hacer algo para excitar de nuevo la emoción por una Cataluña libre», se dijo. Y, dicho y hecho, hete aquí el documento que se sacan de la manga a punto de comenzar la Semana Santa, tiempo escaso de noticias políticas y donde es seguro que encontrará amplio hueco lo que han llamado «hoja de ruta unitaria del proceso soberanista».
Pero la tal hoja de ruta no se sostiene ni aunque la apuntalen Mas y Junqueras al alimón. Porque las elecciones plebiscitarias no existen en España. Los firmantes podrán ponerle todos los pendientes que quieran a los próximos comicios autonómicos, pero es un intento inútil. Por más que los dos partidos –o el uno y medio, porque Unió se va a bajar de ese autobús en cuanto tenga categoría de documento institucionalmente válido– pretendan que esas elecciones son un referéndum, no lo son.
Tampoco se entiende qué pintan en esa declaración unas organizaciones que, que se sepa, no se han constituido en partido político. ¿Por qué necesitan Mas y Junqueras que las señoras Forcadell y Casals atestigüen con su firma que CDC y ERC van a llevar en su programa electoral un primer punto en favor de la independencia? Porque ellos son rehenes de esos movimientos, que se han constituido en la auténtica dirección de ambas formaciones políticas. Hay ahí una auténtica usurpación del papel y la función que tiene, de acuerdo con los usos en todo el mundo democrático, un partido político. Y eso es un fraude. Falta además la firma de otros partidos que estaban a favor de una «Cataluña libre», lo cual evidencia que el papel se ha hecho con prisas y ha acabado siendo una indisimulable chapuza oportunista.
Y a continuación viene el juego del ratón y el gato que tanto gusta a Mas: del tal documento no se ha hablado una palabra en la reunión, ayer, del Gobierno catalán. Es el mismo truco que intentó usar el presidente cuando el 9-N: no darle carácter oficial para que el Gobierno no pueda actuar contra él en los tribunales. Pero de estas «astucias» ya hemos visto mucho y al final todas terminan estrellándose contra la ley. Y por fin, para rematar el pastel de marrullería que han preparado, sale el portavoz Homs ydice que han sido las declaraciones del presidente Rajoy criticando ese documento las que han contribuido claramente a dar a las elecciones autonómicas su carácter plebiscitario. La sólita y plúmbea historia.