EL CORREO – 23/03/15
· Cientos de personas recibieron en la localidad alavesa al exregidor, que abandonó por la mañana la cárcel de Herrera de la Mancha.
Decenas de personas aguardaron ayer a las puertas de la prisión de Herrera de la Mancha (Ciudad Real) la salida de Pablo Gorostiaga, exalcalde de Llodio encarcelado desde 2007. El antiguo regidor de la localidad alavesa fue recibido a primera hora de la mañana por sus familiares y allegados entre música, abrazos y aplausos tras permanecer en la cárcel desde que fuera condenado a nueve años de internamiento por colaborar con ETA. Juzgado junto a otras 45 personas a raíz del macrosumario 18/98, seguido contra varias organizaciones del entorno de la banda terrorista, unas horas después de su salida de prisión Gorostiaga llegó a la localidad alavesa.
Minutos antes de las ocho de la tarde tuvo una primera bienvenida en el barrio de Areta y, una hora después, las calles del municipio albergaron una marea de vecinos que homenajearon al exrecluso. Según su entorno, debería haber sido puesto en libertad condicional hace tres años al cumplir los 70, como otros cinco presos próximos a ETA. Gorostiaga, miembro de KAS/EKIN y consejero de Orain –empresa que editaba el diario ‘Egin’–, fue sentenciado por la Audiencia Nacional dentro del macroproceso contra el denominado frente político, de masas, internacional y cultural de la banda terrorista, en el que también fueron juzgados varios delitos de índole económica.
Antes del proceso, bajo las siglas Gure Aukera, fue el primer alcalde de la democracia en Llodio entre 1973 y 1979. En la siguiente legislatura el PNV le arrebató la makila –por medio del que después fue lehendakari, Juan José Ibarretxe,– aunque Gorostiaga regresó a la Alcaldía en 1987. Entonces dirigió la Administración local desde Herri Batasuna y, tras otro paréntesis de mandato jeltzale, recuperó el bastón en 1999 encabezando la candidatura abertzale Euskal Herritarrok. Su estancia en prisión, sin embargo, no ha impedido que Gorostiaga haya saltado en más de una ocasión a la primera línea de la política.
Sin pregón
En el verano de 2013 se desató una fuerte polémica cuando el Ayuntamiento de Llodio, gobernado por EH Bildu, le designó pregonero de las fiestas patronales. La decisión incendió a las asociaciones de víctimas y al delegado del Gobierno en Euskadi, Carlos Urquijo, quien además fue concejal en el municipio alavés cuando Gorostiaga estaba al frente de la Corporación. Urquijo, que entendía que su nombramiento atentaba contra la dignidad de las víctimas, recurrió a los tribunales, que impidieron que el preso ofreciera el pregón.
Con ese temporal todavía sin escampar, Etxerat acusó a Instituciones Penitenciarias de retrasar un permiso concedido por el Juzgado Central de Vigilancia Penitenciaria para que Gorostiaga se despidiera de su mujer, que padecía una larga enfermedad y a quien finalmente no pudo visitar.
EL CORREO – 23/03/15