Pablo Iglesias, a Cataluña por el derecho a decidir

Pablo Iglesias ha elegido Barcelona para celebrar su primer gran acto político desde que fuera coronado secretario general de Podemos. El lugar tiene su importancia porque supone que el partido asume desde ya la necesidad de desempeñar un papel relevante como actor político global y de peso en todos los grandes problemas de España, incluida, como en este caso, la crisis territorial.

A finales de la próxima semana, Iglesias realizará una minigira de dos días en Cataluña en la que el derecho a decidir y la necesidad de abrir un proceso constituyente serán dos de los ejes centrales.

A falta de concretar aún bastantes detalles de la visita, el líder de Podemos tiene previsto celebrar su principal acto el domingo 21, posiblemente en un mitin en Barcelona, pero todavía está pendiente de cerrarse el sitio. Después, Iglesias continuará el lunes 22 con su agenda de reuniones, sobre todo con colectivos y movimientos sociales, aunque las fuentes consultadas no descartan que también se incluyan partidos, especialmente aquéllos con mejor sintonía como Guanyem, ICV o la CUP.

En las últimas semanas, Podemos se ha proclamado como «la única fuerza que puede reconstruir puentes con Cataluña», pero ahora se propone pasar de la retórica a los hechos. Iglesias quiere trasladar de primera mano su mensaje de cambio constitucional, con el que seducir a los catalanes para continuar en España. Eso sí, bajo la máxima del reconocimiento del derecho a decidir. O, como suele decir Iglesias, que los catalanes tengan la capacidad de elegir cuál es «su relación jurídica con el resto del país».

Ya lo dijo en su proclamación como secretario general de Podemos, su acto más solemne hasta la fecha desde que está en política, y en el que abordó la cuestión catalana: «Estoy harto de una concepción de España agresiva, que diga a los demás qué lengua tienen que hablar o de qué nación se tienen que sentir. Pienso que España es un país de países, es un país de naciones, y cuando se nos plantea qué es lo que habría que hacer, yo digo: ‘Derecho a decidir sobre todas las cosas’».

Fue el discurso en el que Iglesias también aseguró que había que romper ya el «candado del 78», en alusión a la Constitución, abordando un nuevo proceso constituyente. Y Podemos considera que éste no pasa por una modificación, no, sino que debe abrirse «desde cero».

Es tal la importancia que Podemos da a estos asuntos, que Iglesias ha creado en su Ejecutiva dos secretarías específicas: una de Proceso Constituyente, que dirige Juan Carlos Monedero –número tres de Podemos– y otra de Plurinacionalidad, en manos de Gemma Ubasart.

Precisamente, lo que es seguro es que la catalana será una de las acompañantes de Iglesias en esta minigira por Cataluña, donde Ubasart está llamada a jugar un papel relevante en los próximos meses. Hace unos días, la secretaria de Plurinacionalidad explicaba en una entrevista a Efe que gran parte del movimiento independentista tiene un «componente de descontento y desafección» vinculado a la «crisis de régimen» por la recesión económica y la corrupción, es decir, que los que en gran parte de España han elegido a Iglesias por estos motivos, en Cataluña han optado por el independentismo. Por eso, Podemos se presenta como la única fuerza capaz de ilusionar de nuevo a estas personas que, en su opinión, prefieren una España con Iglesias que una Cataluña independentiente dirigida por CiU.

Podemos considera que es el momento de «tender puentes» para seguir unidos y «no dinamitarlos», como asegura que hace el PP. «El pegamento fundamental tiene que ser la reapertura de un pacto, la seducción y la libre voluntad», explicó recientemente el número dos de Podemos, Íñigo Errejón.

Ayer, el secretario de Organización de Podemos, Sergio Pascual, explicó que serán las agrupaciones territoriales de su formación y sus simpatizantes los encargados de decidir si acuerdan pactos postelectorales con otros partidos tras los próximos comicios municipales y autonómicos, aunque duda mucho de que se vayan a facilitar gobiernos del PSOE, porque son «igual» que el PP.

«Será la gente la que tome esa decisión y nosotros la tendremos que acatar porque así funciona este instrumento político», manifestó, en una entrevista con Europa Press.

EL MUNDO – 15/12/14