Pactito

ABC – 24/02/16 – IGNACIO CAMACHO

· El pacto con C´s le sirve a Sánchez para seguir siendo candidato. Pero para llegar a presidente necesita a Podemos.

Un Gobierno del PSOE con Ciudadanos es una idea sensata. Podría gustar más o menos y equivocarse como cualquier otro pero no quitaría el sueño a nadie; no constituye una amenaza contra la integridad nacional ni contra el sistema de libertades. Ese pacto representa a un segmento significativo de la opinión pública española, definida mayoritariamente como de centro-izquierda desde la Transición. Sólo tiene, aquí y ahora, un problema, y es que le falta un detalle: carece de masa crítica parlamentaria. Es decir, no es viable.

Para que Sánchez y Rivera puedan gobernar el país, con mayor o menor dificultad –más bien mayor– han de colaborar, por activa o por pasiva, con su apoyo o su abstención, el PP o Podemos. El primero tiene dos razones potentes para negar su aquiescencia: ha ganado las elecciones y ha sido vetado con visceral contumacia por el candidato socialista. Si resultase posible un Gabinete en minoría, con C´s de bisagra, en lógica y justicia le correspondería formarlo a Mariano Rajoy. Puede que algunos de sus votantes vean con buenos ojos cualquier fórmula que impida el acceso al poder del populismo antisistema, pero la mayoría de ellos se sentiría decepcionada de su propio voto. Una decisión así puede reventar a un partido ya en serio peligro de desestructurarse por la debilidad de su liderazgo.

Si el visto bueno lo diese Podemos, sólo por permitir el relevo del marianismo y no quedar como responsable de una repetición electoral, Pablo Iglesias haría el mayor de los ridículos: pasar de autonombrado vicepresidente plenipotenciario a segunda fuerza de la oposición. Un gatillazo histórico para su desmedida arrogancia. Y a su vez, C´s tendría un problema con su electorado, procedente en dos terceras partes del espectro ideológico del centro-derecha, ante el que debería explicar cómo acaba convertido en socio de un acuerdo de izquierdas. Un flanco abierto para los ataques del PP y una dificultad objetiva en sus aspiraciones de sustituirlo como eje del moderantismo liberal y centrista.

El pacto ayuda a Sánchez, eso sí, a saltar la oposición interna de sus barones territoriales y le puede permitir escapar del trance de la investidura con un resultado honorable, aunque no decisivo. A Rivera le fortalece su bien trabajado papel de negociador constructivo y de regenerador templado del sistema. Se trata, pues, de un pactito, un voluntarismo razonable y útil para perfilarse en caso de nuevas elecciones; una alianza táctica testimonial porque le falta la premisa básica para un Gobierno, que es la mayoría cuantitativa de diputados. Y sin el PP tampoco es posible una reforma constitucional de consenso amplio. Al aspirante le permite ganar tiempo, pero si pretende salir investido precisa de otro cálculo. Éste es un compromiso para continuar siendo candidato después del 5 de marzo. Para llegar a presidente necesita a Podemos.

ABC – 24/02/16 – IGNACIO CAMACHO