Nicolás Redondo-Editores
Lamban, con Javier Fernández, eran las únicos y débiles asideros que teníamos con el pasado mas glorioso del PSOE. Y el aragonés nos acaba de dejar después de una desigual batalla con el cáncer y con un partido que sintiéndolo tanto ya no era el suyo.
Era culto, era inteligente y, por lo tanto como casi siempre, era humilde. Desde su altura intelectual y su superioridad moral nunca fué soberbio.
Una persona que pasará sin duda a ese patrimonio socialista ocupado por tan pocos y profanado por tantos. La incuria y el ventajismo de algunos aventureros no podrán borrar su ubicación en el sitial honorífico que con su comportamiento adquirió por derecho propio y porque muchos así queremos.
¡Qué diferencia con lo que ha venido después! Era ese socialismo mezcla de razón y pasión, de inteligencia y de compromiso de los grandes personajes históricos del socialismo español. Frente al fanatismo militante representó la razón, frente al socialismo tribal e identitario representó el socialismo cosmopolitas, frente a la soberbia ignorante la Ilustración. Descansa en paz amigo y que sean muchos los que sigan tu ejemplo.