Es admirable, lehendakari, que ponga usted la mano en el brasero por las buenas intenciones de EA y Alternatiba, pero ¿cómo puede saber que estos dos partidos no son instrumentos de una estrategia de ETA? Si ésta pasa por que la izquierda abertzale se haga con el control de algunos ayuntamientos, Bildu está sirviendo a ese propósito.
El lehendakari ha vuelto al asunto que más guerra le está dando en estos días: la sentencia del Supremo que impide la presencia de Bildu en las elecciones del día 22 y el recurso de la citada coalición que será examinado por el Constitucional el viernes. Y lo ha hecho con una frase que debiera ser esculpida en la fachada del Parlamento vasco, en las sedes de las Juntas Generales de todos y cada uno de los territorios históricos y aun en los frontispicios de los más reputados frontones del país. Una frase para una tesis doctoral: «Tengo el convencimiento y la seguridad de que ni EA ni Alternatiba están al servicio, ni forman parte de la estrategia de ETA».
Verá, lehendakari, me sorprende la versatilidad con que aplican lo ancho o lo estrecho del embudo según conviene, en este caso a los antecedentes. Recuerdo que cuando trataban ustedes de estirar el proceso después de la T-4, minimizaban el historial de un asesino tan cualificado como De Juana, total por dos cartas en el diario Gara, sin reparar en que una carta amenazante tiene un significado si nos la envía un vecino cabreado y otro si el remitente es un tipo condenado por asesino múltiple. En cambio ahora, sólo se fijan en los antecedentes para negar los hechos. Es cierto que los fundadores y militantes de EA y Alternatiba han tenido un comportamiento democrático durante años, pero no es su pasado el que ha valorado el TS, sino un hecho del presente. Un joyero puede haber desarrollado una gestión ejemplar durante 30 años en su negocio, pero el día que accede a recibir joyas robadas se convierte en un perista.
Me parece bien, lehendakari, que tenga usted «el convencimiento y la seguridad» de lo que dice sobre esos dos partidos, que «no están al servicio ni forman parte de la estrategia de ETA». ¿Tiene usted pruebas? Si es así, debería haberlas puesto a disposición del Supremo, pero me temo que sus pálpitos carezcan de entidad probatoria ante cualquier tribunal. Menos aún ante el Constitucional, que no puede ni debe entrar al fondo de la sentencia emitida por el TS, sino sólo ver si se han vulnerado derechos fundamentales de los recurrentes.
Mastiquemos un poco más la frase. Es admirable que ponga usted la mano en el brasero por las buenas intenciones de EA y Alternatiba, pero ¿cómo puede saber si estos dos partidos son o no instrumentos de una estrategia de ETA? Si la estrategia de la banda terrorista pasa por que la izquierda abertzale se haga con el control de algunos ayuntamientos, Bildu está sirviendo a ese propósito. Si sus dirigentes no son conscientes de ello no merecerán reproche penal, pero la Justicia hará bien en cortar el paso a esa estrategia.
Sus argumentos de ayer me recuerdan mucho a los de Rubalcaba y De la Vega, cuando invocaban la tradición democrática de ANV, desde 1931 y desde sus estatutos de 1977. Olvidaban un pequeño detalle: que en 1978 formó parte de la Mesa de Alsasua y, meses después, fue uno de los cuatro partidos constituyentes de Herri Batasuna y ya no condenó nunca más el terrorismo. Recordará a Ino Galparsoro; es la alcaldesa de Mondragón por ANV que, en marzo de 2008, se negó a condenar el asesinato de su compañero de usted, Isaías Carrasco Miguel.
Santiago González, EL MUNDO, 4/5/2011