Santiago González, EL MUNDO, 4/4/12
Hayek dedicó su Camino de servidumbre «a los socialistas de todos los partidos». En el mismo año, 1945, George Orwell publicó Notas sobre el nacionalismo, un ensayo en el que asimila al nacionalismo toda ideología que subsuma el yo dentro de un nosotros. Son nacionalismos para Orwell, además del propiamente dicho, el comunismo, el catolicismo, el sionismo, el antisemitismo, el trotskismo y el pacifismo. Nacionalistas de todos los partidos, que habría escrito Hayek.
En esta hora de apreturas presupuestarias para el Gobierno, Rajoy ha tenido que enfrentarse con el nacionalismo de su diputado general de Álava, Javier de Andrés, que se une a sus homólogos José Luis Bilbao (PNV) y Martín Garitano (Bildu) en su oposición a la amnistía fiscal.
El hombre trata de hacer de la necesidad virtud, ya que no tiene la mayoría necesaria para aprobarla en Juntas Generales, y, como no los puede vencer, se ha unido a ellos: «Sería un agravio comparativo con los buenos contribuyentes». Cierto que el momento es de extraordinaria dificultad, más que ningún otro, pero ninguna Hacienda seria apela tanto a la regularización como las nuestras. En EEUU, la Agencia Tributaria era Eliot Ness, no digo más.
Bilbao explicaba su rotunda oposición a la amnistía fiscal: «Si lo que quieren –los de Madrid– es premiar al defraudador, que no cuenten con nosotros (…) Entre la ética y hacer caja, nos decidimos por lo primero». Admirable. En parecidos términos se expresaba la guipuzcoana Helena Franco.
Recordarán las dos amnistías previas, en 1984 y 1991. Miguel Boyer había creado las sicav en 1983, para que las grandes fortunas tributaran al 1%, mientras las pymes lo hacían al 30%. Mención especial merecen las haciendas forales, ese invento del antiguo régimen que tanto envidian los catalanes. El paraíso (fiscal) dentro del paraíso (en la tierra). ¿Acaso no había escrito Larramendi que Adán y Eva hablaban euskara en el Paraíso terrenal?
Entre la ética y hacer caja. Tal como explicó Ignacio Zubiri hace cinco años, desde hace 25 el Impuesto de Sociedades recauda en el País Vasco entre un 35% y un 50% menos (en términos de PIB) que en el territorio común. Araba, Bizkaia y Gipuzkoa generan una riqueza un 30% superior a la media. Sin embargo, su presión fiscal está dos puntos por debajo de la española.
Recuerden los pagarés forales, creados para captar dinero de procedencia irregular, garantizando la opacidad fiscal y virtuosamente definidos como «una operación extrapresupuestaria de tesorería para la obtención de ingresos ordinarios». Recuerden las vacaciones fiscales, creadas por acuerdo de Ardanza con las tres diputaciones pa- ra eximir del Impuesto de Sociedades durante sus diez primeros años de vida a las empresas que se constituyeran en el País Vasco, invirtieran más de 480.000 euros y crearan 10 puestos de trabajo. ¿Se acuerdan de Daewoo? El Gobierno de La Rioja, que llevó las vacaciones a los tribunales, sí debe de recordarlo. «Las autonomías de la envidia», sentenció Arzalluz. La mayor coherencia, la de Bildu. No hay noticia de que ETA haya mostrado jamás predisposición a conceder una amnistía a los con- tribuyentes de su impuesto revolucionario.
Entre la ética y la caja no hay color. El paraíso en el paraíso. Y sin tetas, que tiene más mérito, si cabe.
Santiago González, EL MUNDO, 4/4/12